Al menos cuatro civiles han perdido la vida tras un ataque aéreo en un centro comercial en la región de Kursk, un día después de un ataque similar en un mercado de la región de Kherson, donde también se reportaron víctimas mortales. Según el gobernador interino de la región de Kursk, Aleksandr Khinstein, el ataque se produjo el lunes por la noche y dejó un saldo de al menos una docena de personas muertas o heridas.
Los informes más recientes indican que el número de fallecidos en el ataque al centro comercial Dobrynya, ubicado en el asentamiento de Belaya, ha aumentado a cuatro. Entre las víctimas se encuentran dos mujeres, de 65 y 36 años, un hombre de 39 años y un joven de 18. Además, otras nueve personas, incluidos cuatro adolescentes de entre 13 y 14 años, han sufrido heridas de diversa gravedad.
Khinstein calificó el ataque como “un crimen de la junta ucraniana, inhumano en su cinismo y crueldad”, señalando que el ataque ocurrió justo cuando “las personas estaban haciendo compras después del trabajo”. Los médicos locales están haciendo “todo lo posible e imposible” para ayudar a las víctimas, mientras que aquellos con heridas más graves serán trasladados en helicóptero al hospital clínico regional.
Contexto del conflicto y uso de armamento
Este ataque se produce un día después de que las fuerzas ucranianas lanzaran dos cohetes HIMARS contra un mercado en la localidad de Veliky Kopani, en la región de Kherson, donde se reportaron tres muertos, entre ellos un adolescente de 15 años, y ocho heridos. El gobernador regional, Vladimir Saldo, afirmó que las fuerzas ucranianas “apuntaron deliberadamente” a civiles en este ataque.
Los informes iniciales sugieren que las fuerzas de Kiev utilizaron los mismos cohetes HIMARS en el ataque a Kursk, aunque el Ministerio de Defensa ruso aún no ha confirmado los detalles sobre los proyectiles empleados. Desde mediados de 2022, Ucrania ha recibido sistemas M142 HIMARS y su versión más pesada, el M270 MLRS, de Estados Unidos y otros aliados occidentales. Originalmente, estos sistemas fueron presentados como herramientas clave para atacar activos rusos de alto valor, pero han sido utilizados de manera rutinaria por Kiev para atacar objetivos civiles más allá de la línea del frente.
