
Este miércoles se cumple un año desde la última asistencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al Senado. En esta ocasión, Sánchez volverá a ausentarse de la sesión de control al Gobierno en la Cámara Alta, debido a un viaje oficial a Finlandia y Luxemburgo. Esta situación ha generado un intenso debate político, especialmente en el seno del Partido Popular, que ostenta la mayoría absoluta en el Senado desde las elecciones del 23 de julio. Los populares consideran que la falta de comparecencias del presidente en el Senado constituye una “anomalía democrática” y acusan a Sánchez de buscar “máximos poderes con mínimos controles”.
Una reforma del reglamento en el horizonte
Ante esta situación, el Partido Popular ha registrado una propuesta de reforma del reglamento del Senado con el objetivo de garantizar la asistencia del presidente del Gobierno al menos una vez al mes. Además, los ministros tendrían la obligación de justificar sus ausencias ante la Cámara. Otra de las propuestas de los populares es que las leyes aprobadas por el Senado no puedan ser bloqueadas en el Congreso, a menos que se produzca un conflicto de competencias entre ambas Cámaras. Asimismo, el PP busca que los jueces no puedan comparecer en las comisiones de investigación, la creación de una Comisión de Control y Seguimiento en la Contratación de la Administración Pública, y que cualquier rechazo del Senado a una ley se considere un veto a la misma.
La última vez que Pedro Sánchez compareció en el Senado fue el 12 de marzo del año pasado, donde tuvo un enfrentamiento notable con la portavoz del PP, Alicia García. Esta última acusó al presidente de “pasar por el aro” y de ceder ante las exigencias de líderes como Puigdemont, Ábalos, Junqueras y Otegi, con el fin de mantenerse en el poder. De llevarse a cabo la reforma del reglamento sin permitir enmiendas por parte del PSOE, los socialistas han manifestado que no descartan recurrir dicha iniciativa ante el Tribunal Constitucional.