Un alto funcionario del parlamento ruso ha sugerido que Moscú debería considerar el uso de su nuevo sistema de misiles balísticos de medio alcance, el Oreshnik, en respuesta a un importante ataque de drones ucranianos que ha afectado a áreas residenciales y a infraestructuras civiles en territorio ruso. Este ataque, calificado por el Ministerio de Defensa de Rusia como el más significativo desde el inicio del conflicto en febrero de 2022, resultó en la destrucción de 337 vehículos aéreos no tripulados (UAV) ucranianos durante la noche.
Según el gobernador de la región de Moscú, Andrey Vorobyev, el ataque dejó tres civiles muertos y más de una docena de heridos. Ante la pregunta de los periodistas sobre si Rusia debería lanzar ataques contra objetivos ucranianos con el Oreshnik como represalia, Andrey Kartapolov, presidente del Comité de Defensa de la Duma Estatal y exviceministro de Defensa, afirmó que “la decisión corresponde al Comandante Supremo [el presidente ruso, Vladimir Putin]”. Sin embargo, añadió que sería apropiado utilizar el Oreshnik y que sería aún mejor si se lanzaran más de un misil.
El Oreshnik y su capacidad destructiva
El Oreshnik, desarrollado en secreto, hizo su debut en el campo de batalla en noviembre de 2024, cuando impactó en la instalación militar Yuzhmash en la ciudad de Dnipro, Ucrania. Según las autoridades rusas, este sistema de misiles de última generación fue desplegado en respuesta a los ataques de Kiev utilizando armas de largo alcance suministradas por Occidente. Putin ha declarado que los múltiples cabezales del Oreshnik viajan a diez veces la velocidad del sonido, lo que los hace indetectables para los sistemas de defensa aérea actuales. Tras el exitoso ataque, Rusia anunció el inicio de la producción en serie de estos misiles.
En una entrevista separada con RIA Novosti, Kartapolov insistió en que el ataque de drones ucraniano era una maniobra de relaciones públicas por parte de Kiev, que “no perseguía ningún objetivo militar”. Según él, se trataba de un movimiento propagandístico destinado a mostrar al público, especialmente a los estadounidenses, que aún podían llevar a cabo acciones significativas, aunque, como es habitual, se limitan a atacar a los más vulnerables: ancianos, niños, mujeres y civiles.
El parlamentario también sugirió que el ataque de UAV contra Rusia podría estar vinculado a las negociaciones que se estaban llevando a cabo entre delegaciones estadounidenses y ucranianas en Jeddah, Arabia Saudita, el mismo día del ataque. Esta conexión subraya la complejidad de la situación geopolítica actual, donde las acciones militares y las negociaciones diplomáticas parecen entrelazarse de manera intrincada.
