El impacto de los ríos atmosféricos en el clima actual
En los últimos años, los fenómenos meteorológicos extremos han cobrado protagonismo en el debate público, y uno de los términos que ha ganado popularidad es el de «ríos atmosféricos». Este concepto, que se refiere a bandas largas y estrechas de vapor de agua que transportan humedad desde los océanos, ha sido cada vez más relevante, especialmente en regiones como California, donde estos eventos han traído lluvias torrenciales y vientos devastadores. Un estudio reciente publicado en el Journal of Climate revela que estos fenómenos han aumentado en frecuencia y en intensidad en las últimas décadas, un cambio que se correlaciona con el calentamiento global.
Desde 1980, la superficie afectada por los ríos atmosféricos ha crecido entre un 6% y un 9%, mientras que su frecuencia ha aumentado entre un 2% y un 6%. Además, estos eventos se están volviendo más húmedos, lo que implica que pueden descargar cantidades de agua aún mayores. Los científicos advierten que este aumento en la capacidad de los ríos atmosféricos para retener humedad está relacionado con el cambio climático, ya que el aire más cálido puede acoger más vapor de agua. Lexi Henny, autora principal del estudio y científica atmosférica, señala que aunque no se ha analizado de manera específica el impacto del cambio climático en estos fenómenos, los datos actuales son coherentes con las proyecciones sobre cómo los ríos atmosféricos evolucionarán en un futuro más cálido.
A pesar de que los ríos atmosféricos pueden proporcionar el agua necesaria en regiones afectadas por sequías, su intensidad y duración pueden generar desastres significativos. Recientemente, una serie de estos eventos en California provocó deslizamientos de tierra y la pérdida de vidas humanas. Sin embargo, estos fenómenos no son exclusivos de la costa oeste de Estados Unidos; también se han registrado en otras partes del país y del mundo. Por ejemplo, un río atmosférico en Nueva Inglaterra trajo consigo un pie de lluvia y vientos de hasta 80 kilómetros por hora en 2023. Asimismo, en 2020, un rayo atmosférico descargó más de dos metros de nieve en Alaska. La investigación en este ámbito es crucial, ya que proporciona datos valiosos que ayudarán a los científicos a comprender mejor las implicaciones de estos intensos episodios de lluvia y nieve en el futuro.
