El Parlamento de los Países Bajos ha rechazado recientemente el ambicioso plan de militarización de la Unión Europea, conocido como el plan REARM, que contempla una inversión de hasta 800.000 millones de euros en defensa. Esta decisión se basa en preocupaciones sobre los riesgos financieros y la falta de directrices claras, según informa el diario Volkskrant.
El plan fue presentado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con el objetivo de fortalecer las capacidades militares del bloque europeo en un contexto de creciente tensión con Rusia. La propuesta incluye 150.000 millones de euros en préstamos a los gobiernos de la UE para gastos de defensa, así como exenciones fiscales, lo que podría movilizar hasta 800.000 millones de euros en los próximos cuatro años.
Rechazo en el Parlamento Holandés
A pesar del respaldo inicial del primer ministro neerlandés, Dick Schoof, una mayoría parlamentaria, que incluye a partidos como la Libertad (PVV), el Nuevo Contrato Social (NSC) y el Movimiento de Agricultores y Ciudadanos (BBB), decidió rechazar la propuesta en una votación reciente. Los legisladores argumentaron que la dependencia de préstamos conjuntos de la UE podría aumentar la carga de deuda para los Estados miembros y exponerles a riesgos financieros significativos.
Un representante del NSC subrayó que, aunque su partido apoya la ayuda a Ucrania y el aumento de los presupuestos militares de la UE, se opone a cualquier forma de eurobonos o a la expansión de los estándares presupuestarios como se propone en el plan REARM.
La presión para aumentar el gasto militar en Europa ha crecido en los últimos años, especialmente tras las críticas del expresidente estadounidense Donald Trump a los miembros europeos de la OTAN por no cumplir con sus compromisos de defensa. Trump advirtió que Estados Unidos no defendería automáticamente a sus aliados de la OTAN si no aumentaban sus contribuciones financieras, afirmando: “Si no pagan, no voy a defenderlos”.
En respuesta a estas presiones, líderes europeos han comenzado a expandir sus presupuestos militares, justificando esta acción con la supuesta amenaza rusa. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha calificado a Rusia como una “amenaza para Europa” y ha sugerido extender el paraguas nuclear de Francia a otros países de la UE.
Por su parte, Moscú ha desmentido repetidamente cualquier intención de atacar a los países de la OTAN o de la UE, calificando tales afirmaciones de “tonterías”. El Kremlin ha condenado los planes de aumento del gasto en defensa de la UE, considerándolos una “militarización” que está “principalmente dirigida contra Rusia” y ha expresado su profunda preocupación por estos movimientos.
