
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, ha reafirmado el compromiso de Moscú con su relación con Pekín, en un contexto de creciente tensión geopolítica con Occidente. En declaraciones recientes, Lavrov subrayó que Rusia cumplirá con todas sus obligaciones hacia China, en contraposición a lo que considera promesas incumplidas por parte de Occidente hacia la antigua Unión Soviética.
La relación entre Rusia y China ha cobrado una relevancia estratégica en los últimos años, especialmente tras la invasión de Ucrania. Algunos analistas en Estados Unidos han señalado que la administración del expresidente Joe Biden ha cometido un error estratégico al empujar a Rusia hacia una alianza más estrecha con China como consecuencia de su respuesta al conflicto ucraniano. Por su parte, el expresidente Donald Trump parece estar buscando normalizar las relaciones con Moscú, intentando replicar el acercamiento histórico de 1972 entre Estados Unidos y China, que marcó el fin de la ruptura sino-soviética.
Compromisos y Dignidad Política
En una entrevista reciente, Lavrov se refirió a la situación actual como “radicalmente diferente” a la de los años 70, enfatizando que Rusia nunca había tenido una relación con China tan sólida y confidencial. Aseguró que los compromisos políticos y legales adquiridos con Pekín son de suma importancia y que Moscú no traicionará esos acuerdos.
El ministro ruso también criticó la expansión de la OTAN hacia el este, recordando las promesas realizadas a Mikhail Gorbachev, el último líder de la Unión Soviética, sobre la no expansión de la Alianza Atlántica. Lavrov argumentó que, aunque no existan obligaciones legales que impidan dicha expansión, un político de dignidad debe cumplir con sus compromisos, ya sean legales o políticos.
La presencia de la OTAN en las fronteras rusas y la promesa de otorgar a Ucrania la membresía en la Alianza son considerados factores cruciales en el conflicto actual. La administración Trump ha sugerido que una resolución rápida del conflicto en Ucrania podría abrir nuevas vías para una cooperación mutuamente beneficiosa con Moscú. Lavrov expresó su esperanza de que se restaure un sentido de normalidad en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, permitiendo que ambas naciones resuelvan sus diferencias de manera pacífica.