
Robert F. Kennedy Jr., actual Secretario de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., ha manifestado su firme intención de eliminar «los peores ingredientes» de los alimentos procesados, una medida que se alinea con el creciente interés por la salud pública y la seguridad alimentaria. Durante una reciente reunión con altos ejecutivos de la industria alimentaria, Kennedy destacó la urgencia de retirar los colorantes artificiales del sistema alimentario estadounidense, un objetivo que espera alcanzar antes de finalizar su mandato.
Según un documento que resume el encuentro, la administración de Donald Trump, bajo la dirección de Kennedy, ha identificado esta eliminación como una prioridad crucial. Aunque el secretario expresó su disposición a colaborar con la industria alimentaria, también dejó claro que, si no se toman medidas proactivas, no dudará en implementar acciones más contundentes para garantizar la salud de los consumidores.
La conversación fue descrita como «constructiva» por la CEO de la Consumer Brands Association, Melissa Hockstad, quien se mostró optimista respecto a la colaboración futura con el secretario y los expertos cualificados del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Entre los asistentes a la reunión se encontraban los directores ejecutivos de importantes empresas como PepsiCo, Kraft Heinz, y General Mills, lo que subraya la relevancia de este diálogo entre el gobierno y los líderes de la industria.
Un enfoque en la salud pública
Kennedy, quien dirige una agencia con un presupuesto de 1.7 billones de dólares, tiene la responsabilidad de supervisar no solo la calidad de los alimentos, sino también aspectos cruciales como los medicamentos y la infraestructura de salud pública. Su plataforma «Make America Healthy Again» critica la supuesta colusión entre las empresas farmacéuticas y alimentarias y las agencias gubernamentales que las regulan, argumentando que esta alianza está debilitando la salud de la población estadounidense. En este sentido, ha prometido combatir la epidemia de enfermedades crónicas que afecta tanto a niños como a adultos, enfocándose en promover una alimentación nutritiva en lugar de depender de soluciones farmacéuticas.
En un contexto más amplio, la FDA, antes de que Kennedy asumiera el cargo, había revocado la autorización de un colorante alimentario conocido como Rojo No. 3, el cual ha sido vinculado a la aparición de cáncer en animales de laboratorio. Esta medida refleja un cambio en la regulación alimentaria que podría ser el preámbulo a un enfoque más riguroso hacia la seguridad alimentaria en EE. UU.
Por otro lado, Kennedy también ha manifestado sus posturas sobre la vacunación, siendo conocido por sus críticas a las políticas vacunales. Ha indicado su intención de revisar el calendario de vacunación infantil y de reestructurar los comités asesores que influyen en las decisiones de salud pública en relación con las vacunas, lo que podría tener un impacto significativo en las tasas de inmunización en el país.