
El pasado 11 de marzo de 2025, la NASA lanzó con éxito su nuevo telescopio espacial, Spherex, desde la Base Espacial Vandenberg en California. Este ambicioso proyecto tiene como objetivo mapear el cielo de una manera sin precedentes, analizando cientos de millones de galaxias desde el inicio de los tiempos. La misión, que tiene un coste estimado de 488 millones de dólares, busca responder preguntas fundamentales sobre la formación y evolución de las galaxias, así como sobre la rápida expansión del universo en sus primeros momentos.
Spherex, que fue transportado por un cohete Falcon de SpaceX, se encuentra ahora en una órbita polar a 650 kilómetros de altura sobre la Tierra. Junto a él, cuatro satélites del tamaño de una maleta fueron lanzados para estudiar el Sol. El telescopio, que pesa alrededor de 500 kilogramos, utilizará su visión infrarroja para realizar un mapeo completo del cielo en un periodo de seis meses, con cuatro encuestas planificadas en un plazo de dos años.
Objetivos de la misión Spherex
A diferencia de otros telescopios como Hubble o Webb, que se centran en observar galaxias individuales con gran detalle, Spherex se enfocará en el brillo total producido por todas las galaxias, lo que incluye la luz emitida desde el Big Bang. Jamie Bock, científico jefe de la misión, explicó que «esta luz cosmológica captura toda la luz emitida a lo largo de la historia cósmica», permitiendo a los científicos identificar fuentes de luz que anteriormente podían haber pasado desapercibidas.
El telescopio está diseñado para observar 102 colores que son invisibles al ojo humano, lo que le permitirá crear el mapa más colorido e inclusivo del cosmos hasta la fecha. Esta capacidad se asemeja a «mirar el universo a través de unas gafas de colores arcoíris», según Beth Fabinsky, subdirectora del proyecto en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Además de sus objetivos cosmológicos, Spherex buscará agua y otros ingredientes esenciales para la vida en las nubes heladas entre estrellas de nuestra propia Vía Láctea, donde se forman nuevos sistemas solares. La misión promete ofrecer una visión integral tanto de nuestro hogar galáctico como del universo en su conjunto.
Este lanzamiento, que se retrasó dos semanas por problemas técnicos, marca un nuevo hito en la exploración espacial y la comprensión del cosmos. La colaboración entre la NASA y SpaceX continúa demostrando cómo la innovación tecnológica puede abrir nuevas fronteras en la investigación científica, lo que resulta especialmente relevante en un momento en que la exploración espacial se presenta como una de las prioridades en la agenda global.