
La plataforma sueca de streaming musical Spotify ha marcado un hito en la industria de la música al desembolsar más de 10.000 millones de dólares (aproximadamente 9.200 millones de euros) durante el año 2024. Este monto no solo representa un récord histórico, sino que también eleva el total acumulado de pagos de Spotify a la industria musical a cerca de 60.000 millones de dólares (55.000 millones de euros) desde su creación.
Según el informe anual «Loud & Clear», publicado por Spotify, la compañía ha superado con creces las contribuciones de cualquier otro minorista en la historia de la música. En comparación, las cifras anuales de Spotify son diez veces superiores a las que generaban las grandes tiendas de discos durante la época dorada del CD.
La plataforma ha pagado más del 60% de sus ingresos totales, que alcanzaron los 15.700 millones de euros en 2024. Si bien la contribución de Spotify a músicos, sellos discográficos y promotores es notable, es importante señalar que existen diferencias significativas en el modelo de negocio entre el streaming y las ventas físicas de música.
El streaming representa aproximadamente el 89% de los ingresos totales de la industria musical, y Spotify lidera el mercado con una participación del 31,7%. Esta dominancia en el sector es mucho más amplia que la que tuvo cualquier minorista en épocas anteriores. Desde 2014, los ingresos globales de la industria musical han crecido considerablemente, pasando de un mínimo de 13.000 millones de dólares a 28.000 millones de dólares (entre 11.900 y 25.700 millones de euros). Al mismo tiempo, los pagos anuales de Spotify se han multiplicado por diez, de 1.000 millones de dólares (900 millones de euros) a más de 10.000 millones de dólares (9.200 millones de euros).
El informe también aborda una de las críticas recurrentes hacia Spotify: la supuesta baja remuneración a los artistas. La compañía argumenta que, aunque la cantidad de artistas que intentan hacer carrera en la música ha aumentado significativamente, lo que hace que el número de aquellos que logran el éxito parezca menor. Por ejemplo, un artista en la posición 100.000 en términos de royalties gana aproximadamente 10 veces más que hace una década, pasando de menos de 600 dólares a 6.000 dólares (entre 550 y 5.500 euros). Los artistas que se encuentran en la posición 10.000 han visto un incremento en sus ingresos de aproximadamente cuatro veces, de 34.000 a 131.000 dólares (entre 31.200 y 120.000 euros).
La plataforma también ha introducido una herramienta en su informe que permite a los artistas estimar sus posibles ingresos en función de su clasificación dentro de la plataforma. Artistas como Hurray For The Riff Raff, que han acumulado 508.400 oyentes mensuales, se encuentran en el rango de los 6.000 a 131.000 dólares, dependiendo de su posición en la lista de ingresos.
Spotify ha sido objeto de críticas incluso a pesar de sus cifras récord. Investigaciones recientes han revelado que una gran parte de las listas de reproducción de música suave, que son cada vez más populares, provienen de artistas aparentemente inexistentes. Esto ha llevado a cuestionar si una porción significativa de los pagos se redirige internamente hacia música producida por la propia compañía. Según el reportaje de la investigadora Liz Pelly, Spotify mantiene asociaciones con varias compañías de producción que le proporcionan música de bajo costo, lo que podría estar afectando la distribución de los ingresos dentro de la plataforma.
La remuneración de los artistas en el streaming se calcula en función de su participación en el total de reproducciones, lo que significa que no existe una tarifa fija por cada reproducción. A pesar de que el CEO de Spotify, Daniel Ek, ha defendido el modelo de negocios de la compañía, las preocupaciones sobre la equidad en la compensación a los artistas siguen siendo objeto de debate en la industria musical.
La situación actual de Spotify y su impacto en la música plantea interrogantes sobre el futuro de la industria y cómo las plataformas de streaming se integran en el ecosistema musical contemporáneo. Aunque el crecimiento de Spotify ha beneficiado a muchos artistas, las críticas sobre la sostenibilidad del modelo de negocio y su efecto en la diversidad musical persisten, indicando que la discusión sobre la remuneración y la distribución de las ganancias está lejos de resolverse.