El enviado especial del presidente de EE. UU., Donald Trump, Steve Witkoff, viajará a Moscú esta semana para presentar una propuesta de alto el fuego en el conflicto de Ucrania, según ha declarado la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Este movimiento se produce en un contexto de intensas negociaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Ucrania, que buscan poner fin a un conflicto que ha durado más de un año.
El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, y el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, se reunieron el martes con representantes de Kiev en Jeddah para discutir un posible acuerdo de paz. Tras la reunión, Ucrania aceptó un alto el fuego de 30 días, mientras que EE. UU. reanudó toda la ayuda militar y el intercambio de inteligencia con el país europeo.
Desarrollo de las negociaciones
Waltz mantuvo una conversación telefónica con su “contraparte rusa” el miércoles para discutir los avances en las negociaciones, según informó Leavitt a los periodistas en una declaración a los medios. Witkoff, el enviado especial, viajará a Rusia en persona para instar a los líderes rusos a aceptar esta negociación.
El presidente Trump, en declaraciones a la prensa en la Oficina Oval, mencionó que habrá una “gran reunión” entre Rusia y EE. UU. el jueves. Al ser cuestionado sobre las posibles medidas de presión que podría ejercer sobre Moscú para que acepte el acuerdo de alto el fuego, Trump advirtió sobre “devastadoras” sanciones financieras que podría imponer.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha indicado que Moscú está “estudiando cuidadosamente las declaraciones” que surgieron de las conversaciones entre EE. UU. y Ucrania. Sin embargo, advirtió que es necesario evitar declaraciones apresuradas y que Rusia necesita recibir “información detallada” sobre la propuesta de alto el fuego que fue mencionada por Waltz el martes.
Es importante recordar que Rusia ha mostrado previamente su oposición a cualquier tregua temporal en el conflicto ucraniano, argumentando que esto sería una repetición de los fallidos acuerdos de Minsk de 2014-2015, que, según Moscú, fueron utilizados por los aliados occidentales de Kiev para rearmar al país.
