El documental The Age of Disclosure busca presentar pruebas de que los humanos no estamos solos en el universo, un tema que ha sido explorado en innumerables ocasiones, pero que ahora cuenta con el testimonio de 34 altos funcionarios del gobierno, las fuerzas armadas y la comunidad de inteligencia de Estados Unidos. Según su director, Dan Farah, esta es “la historia más grande que existe”, aludiendo a un encubrimiento de 80 años sobre la existencia de vida inteligente no humana y a una carrera secreta entre naciones para invertir tecnología de origen extraterrestre.
El filme, que se estrenó el 9 de marzo en el festival South by Southwest (SXSW), revela información que sugiere que el gobierno de EE.UU. ha estado ocultando pruebas sobre la existencia de extraterrestres y que compite con otros países para invertir la compleja tecnología que ha descubierto.
A pesar de que el tema suele ser estigmatizado y asociado con teorías de conspiración, el Congreso de EE.UU. ha llevado a cabo múltiples audiencias en los últimos años sobre fenómenos anómalos no identificados (UAP, por sus siglas en inglés), un término menos cargado que el de ovnis. En el documental se plantea que los UAP podrían ser invasores extranjeros, contrainformación robusta de EE.UU. que opera fuera del control del Congreso, extraterrestres o, posiblemente, una combinación de estas tres opciones.
Los testimonios de los funcionarios de inteligencia en el documental aseguran que existen pruebas irrefutables y documentadas de vehículos que parecen desafiar las leyes de la física, además de interferir con la actividad nuclear y militar. Sin embargo, gran parte de esta evidencia sigue siendo clasificada.
Algunos disidentes mencionados en la película argumentan que proporcionar más información al público sobre esta tecnología avanzada informaría igualmente a actores maliciosos de otros países, como Rusia y China. Además, se destaca el estigma que enfrentan los políticos preocupados por su reputación al hablar sobre UAPs. Un funcionario del Pentágono llegó a calificar los UAPs como “obra del diablo”, lo que dificulta el acceso a información clasificada sobre el tema.
Marco Rubio, Secretario de Estado, señala en el documental que incluso los presidentes parecen operar con una necesidad de saber limitada. Destaca que algunos de los ataques más significativos a EE.UU., como los atentados del 11 de septiembre y el bombardeo de Pearl Harbor, fueron resultado de la incapacidad del país para prepararse ante lo imprevisto, lo que lo lleva a abogar por una mayor transparencia e investigación sobre los hallazgos relacionados con los UAP.
Dos de las voces más influyentes en el documental son Jay Stratton, exfuncionario de la Agencia de Inteligencia de Defensa y director del Grupo de Trabajo sobre UAP del gobierno, y Luis Elizondo, exfuncionario del Departamento de Defensa. Stratton afirma haber visto con sus propios ojos naves no humanas y seres no humanos, mientras que ambos advierten que el “programa legado” del gobierno, que incluye a miembros de la CIA y la Fuerza Aérea, oculta información de manera que crea una amenaza a la seguridad nacional.
Elizondo expresa que se siente impulsado por un sentido de deber para compartir información que podría cambiar el rumbo de la humanidad, y sugiere que los extraterrestres podrían estar intentando estudiar las capacidades militares y nucleares de EE.UU.
Aunque gran parte de la evidencia sigue siendo clasificada, varios funcionarios militares han relatado encuentros con UAP que presenciaron personalmente. Científicos como Hal Puthoff y Eric Davis explican que los UAP suelen moverse dentro de esferas claras, sugiriendo que el espacio y el tiempo funcionan de manera diferente en esos entornos, permitiendo a los seres dentro sobrevivir a velocidades extremas.
La tecnología necesaria para hacer esto posible está muy por encima de lo que EE.UU. ha logrado, lo que lleva a algunos a pensar que los seres responsables podrían haber destruido a los humanos si así lo hubieran querido. Además, se sugiere que esta tecnología podría ofrecer una fuente de energía limpia y sin combustión, lo que sería enormemente beneficioso para el clima.
Con el respaldo bipartidista, en julio de 2023, los senadores Chuck Schumer y Mike Rounds presentaron la Ley de Divulgación de Fenómenos Anómalos No Identificados para aumentar la transparencia sobre los UAPs y fomentar la investigación científica. Denunciantes han proporcionado testimonios de primera mano al Congreso, alegando la existencia de programas secretos para recuperar y buscar invertir tecnología de origen desconocido o no humano, aunque la ley fue despojada de un mandato de dominio eminente que habría permitido al gobierno tomar control de materiales relacionados con los UAP en manos de entidades privadas.
Rubio explica que dejar a los contratistas a cargo de ciertos proyectos les otorga protección frente a las solicitudes de la Ley de Libertad de Información, que se aplican al gobierno. El documental se esfuerza en no comparar los UAPs, los descubrimientos extraterrestres o los encubrimientos gubernamentales con elementos de la cultura pop, buscando ofrecer un enfoque serio y no sensacionalista sobre el tema.
Farah, el director, señala que lo más revelador no fue la cantidad de personas dispuestas a hablar, sino el apoyo bipartidista que existe en torno a este tema. “Se hizo evidente que los líderes de ambos partidos consideran que esto es un tema extremadamente importante”, comenta Farah, quien espera que el documental contribuya a deshacerse del estigma injusto que rodea a este tema y a fomentar una conversación seria al respecto.
The Age of Disclosure tuvo su estreno mundial en el festival South by Southwest en Austin, Texas, el 9 de marzo.
