
Los misterios de los agujeros negros supermasivos y las galaxias de radio
En el centro de casi todas las grandes galaxias, incluida nuestra Vía Láctea, se encuentra un agujero negro supermasivo, como es el caso de Sagittarius A*. Estos agujeros negros son los objetos más densos del universo, con masas que pueden alcanzar miles de millones de veces la del Sol. En ocasiones, un agujero negro supermasivo puede «despertar» debido a un repentino aumento de gas y polvo, generalmente procedente de una galaxia vecina. Este fenómeno desencadena una voraz actividad en la que el agujero negro absorbe grandes cantidades de material, un proceso que no es tranquilo ni pasivo. A medida que el agujero negro incorpora este material, este se calienta a millones de grados, mucho más que la temperatura en la superficie del Sol, y es expulsado de la galaxia a velocidades cercanas a la de la luz, formando potentes chorros que se asemejan a fuentes cósmicas.
Estos chorros de plasma acelerado emiten señales de radio que solo pueden ser detectadas por telescopios de radio de alta potencia, dando origen a lo que conocemos como galaxias de radio. Aunque los agujeros negros son comunes, las galaxias de radio son relativamente raras; se estima que solo entre el 10% y el 20% de todas las galaxias presentan este fenómeno. Dentro de este grupo, las galaxias de radio gigantes son aún menos frecuentes, representando solo el 5% de las galaxias de radio y alcanzando distancias colosales, con algunos chorros que se extienden por casi 16 millones de años luz, lo que equivale a casi seis veces la distancia entre la Vía Láctea y la galaxia de Andrómeda.
La investigación reciente sobre la evolución de estos chorros cósmicos empleó potentes supercomputadoras para simular su comportamiento a lo largo de miles de millones de años. Estos modelos permitieron observar la propagación de los chorros de radio en un universo simulado, lo que resulta imposible de rastrear directamente en el universo real. Gracias a estas sofisticadas simulaciones, se han obtenido valiosos conocimientos sobre el ciclo vital de las galaxias de radio, subrayando las diferencias entre sus etapas tempranas y compactas y sus formas más expansivas en etapas posteriores. Comprender la evolución de las galaxias de radio es fundamental para desentrañar los procesos más amplios que dan forma al universo, lo que resalta la importancia de la colaboración internacional y el uso de tecnología avanzada en la investigación astronómica.