En los últimos días, los funcionarios encargados de la agenda energética del expresidente Donald Trump han dejado clara su postura ante los ejecutivos del sector de los hidrocarburos y la minería: cuentan con un aliado en Washington que facilitará la explotación de recursos en tierras y aguas federales. El Secretario del Interior, Doug Burgum, durante la conferencia CERAWeek, destacó que la administración Trump no considera el cambio climático como una amenaza existencial, sino que lo ve como un aspecto secundario en el desarrollo de los recursos nacionales que sustentan el crecimiento económico y la seguridad nacional.
Burgum, quien lidera el recién creado Consejo de Dominio Energético Nacional de Trump, alabó a la industria del petróleo y el gas, afirmando que considera a las empresas que desarrollan recursos en tierras federales como «clientes» que contribuyen al «balance» económico del país. Según Burgum, las regalías generadas por los contratos de arrendamiento en tierras federales son fundamentales para ayudar a EE.UU. a reducir su deuda nacional y equilibrar el presupuesto. «Si alguien me está enviando ingresos, no era el enemigo, era el cliente», comentó el secretario.
La administración actual se muestra entusiasta con la idea de aprovechar los abundantes recursos naturales del país, argumentando que su valor supera con creces los 36 billones de dólares de deuda nacional. Burgum sostiene que si los mercados financieros comprendieran el valor de estos recursos, las tasas de interés a largo plazo disminuirían significativamente, lo que aliviaría uno de los mayores gastos del país.
En contraste, Burgum criticó el enfoque del gobierno de Biden sobre el cambio climático, calificándolo de «ideología». Para él, los verdaderos peligros que enfrenta EE.UU. son la adquisición de armas nucleares por parte de Irán y la competencia de China en inteligencia artificial, en lugar del calentamiento global. Wright, el Secretario de Energía, añadió que la creencia de Biden en la reducción de emisiones es «miopía» que perjudica a los consumidores.
Ambos funcionarios desestimaron las políticas que promueven una transición de los combustibles fósiles a la energía renovable, argumentando que las fuentes como la energía eólica y solar no podrían satisfacer la creciente demanda energética que se espera en los próximos años. «No hay forma física de que la energía eólica, solar y las baterías puedan reemplazar los múltiples usos del gas natural», afirmó Wright, quien previamente fue CEO de una empresa de servicios petroleros.
El apoyo de la industria energética
Los ejecutivos del sector energético han expresado su satisfacción ante el cambio de administración en Washington, devolviendo los elogios a los funcionarios de Trump. Ryan Lance, CEO de ConocoPhillips, destacó que Wright y Burgum «entienden el negocio», describiéndolos como el mejor equipo energético que ha tenido EE.UU. en décadas. Patrick Pouyanné, CEO de TotalEnergies, también manifestó su admiración por la calidad de sus contrapartes en el gobierno.
A medida que la administración de Trump busca reactivar la producción de petróleo, los ejecutivos reconocen que la realidad del mercado puede presentar desafíos. Aunque la producción de petróleo en EE.UU. ha alcanzado niveles récord, los líderes de Chevron y Conoco anticipan que la producción podría estabilizarse en los próximos años. «Buscar el crecimiento por el crecimiento mismo no ha demostrado ser exitoso para nuestra industria», dijo Wirth, sugiriendo que es hora de enfocarse en generar flujo de caja libre en lugar de simplemente aumentar la producción.
Pouyanné hizo un llamado a volver a explorar el Golfo de América, refiriéndose a la reciente orden ejecutiva de Trump que elimina la prohibición de perforación en 625 millones de acres de aguas costeras de EE.UU. «La nueva administración está abriendo el Golfo», añadió, haciendo referencia a los retos que ha enfrentado la industria tras el desastre de Deepwater Horizon. La próxima semana, los productores de petróleo de EE.UU. se reunirán con Trump, lo que promete ser un paso más en la revitalización de la industria energética bajo su mandato.
