
La Semana de la Moda de París (PFW) para el Otoño/Invierno 2025 se ha caracterizado por una explosión de creatividad y una variedad de conceptos que desafían las categorías tradicionales de tendencias. En un contexto donde el gasto en lujo se encuentra en declive, los diseñadores han decidido ir más allá de lo habitual, presentando obras que no solo destacan por su intrincada artesanía, sino también por su capacidad de seducir tanto a clientes adinerados como a apasionados de la moda.
Con un calendario que incluía 72 desfiles y 37 presentaciones, la PFW mostró una rica mezcla de influencias históricas y contemporáneas. Diseños inspirados en la estética victoriana fueron evidentes en las colecciones de Alexander McQueen y Dior, quienes exploraron siluetas transformadoras y la opulencia de épocas pasadas. Por ejemplo, Alaïa presentó faldas maxi con caderas acolchadas y hombros jacobeos, mientras que Schiaparelli deslumbró con chaquetas barrocas adornadas con joyas.
La diversidad de enfoques y la dedicación a lo extraordinario fueron palpables en cada rincón de la pasarela. Daniel Roseberry, director creativo de Schiaparelli, expresó su deseo de crear prendas que inspiren y que no puedan ser replicadas por la moda rápida, resaltando la singularidad de las mujeres en su vida. Este enfoque se tradujo en piezas que fusionan la tradición con la innovación, como las chaquetas de cintura ceñida y los vestidos de contorno corporal.
La semana también fue testigo de destacadas debuts, como el de Sarah Burton en Givenchy. Con una trayectoria de 26 años en Alexander McQueen, Burton comenzó su nueva etapa explorando los bocetos y patrones ocultos de Hubert de Givenchy, presentando una colección que evoca la elegancia despojada y la sofisticación atemporal. Su desfile culminó con un vestido grandioso de tul en un vibrante amarillo, atrayendo la atención de celebridades como Cate Blanchett y Timothée Chalamet.
La presentación de Haider Ackermann para Tom Ford fue otra de las experiencias memorables, destacando por su meticulosa sastrería y una paleta de colores que incluyó verdes absinthe y tonos violeta. En un giro más inusual, Alessandro Michele eligió un baño como escenario para sus diseños, utilizando este espacio íntimo para presentar una colección que aúna frivolidad y audacia.
El evento también fue un escaparate para la creatividad sin límites de la colección Comme des Garçons, donde Rei Kawakubo exploró la repetición y la escala a través de formas distorsionadas y tropes clásicas, mientras que Junya Watanabe rinde homenaje a la estética rockera. Su espectáculo, acompañado de música de Led Zeppelin, mostró una fusión de texturas y volumen que llevó a los modelos a un mundo sonoro lleno de energía.
La exploración de la identidad y la anatomía también estuvo presente en el trabajo de diseñadores como Duran Lantink y Pieter Mulier para Alaïa, quienes jugaron con la forma femenina y la innovación en sus diseños. Mulier, en particular, se adentró en el legado de Azzedine Alaïa, presentando siluetas esculturales que celebran la feminidad a través de materiales técnicos.
En el ámbito de la moda sostenible, Matthiue Blazy, el nuevo director artístico de Chanel, promete una innovación significativa que será evidente en su debut en octubre. La colección actual presentó trajes de corte elegante y prendas versátiles, mientras que Hermès, dirigido por Nadège Vanhée-Cybulski, se centró en la creación de prendas funcionales que combinan lujo y practicidad.
Por otro lado, el desfile de Louis Vuitton, diseñado por Nicolas Ghesquière, ofreció una reflexión sobre el viaje y el tiempo, con una puesta en escena que evocaba la nostalgia de los viajes en tren. Modelos vestidos como arquetipos de viajeros desfilaban por una pasarela transformada en una estación de tren, celebrando la conexión entre la moda y la movilidad.
La PFW ha reafirmado su estatus como un epicentro de la innovación y la creatividad en la moda, donde cada diseñador busca no solo reflejar la época actual, sino también desafiar sus límites y explorar nuevas narrativas en el vestuario contemporáneo.