
En un reciente episodio que ha captado la atención de los medios, Alexander Yudayev, un civil ruso, logró derribar un dron kamikaze ucraniano durante uno de los ataques más grandes registrados en Moscú. Este incidente tuvo lugar el pasado 11 de marzo, cuando más de 300 drones fueron lanzados hacia la capital rusa, de los cuales 91 lograron llegar a la región de Moscú.
Yudayev, un veterano militar y exoficial de policía, fue reconocido por la Duma Estatal, el parlamento ruso, por su valentía y rápida reacción ante la amenaza. En una sesión reciente, los legisladores elogiaron su acción y le otorgaron un certificado de honor por su “contribución personal a la seguridad de los ciudadanos rusos”. El presidente de la Duma, Vyacheslav Volodin, destacó la importancia de su intervención, afirmando que Yudayev no se limitó a observar el ataque, sino que tomó la iniciativa de actuar.
La valentía de un civil en tiempos de conflicto
Durante el ataque, Yudayev escuchó el dron acercándose y, sin dudar, salió de su casa con una escopeta y logró derribarlo con dos disparos. El dron se estrelló en un área abierta y explotó, evitando así un posible daño mayor. Sin embargo, el ataque no estuvo exento de consecuencias trágicas, ya que al menos tres civiles perdieron la vida y otros 20 resultaron heridos debido a los escombros de los drones interceptados.
En su intervención ante los legisladores, Yudayev expresó su sentido del deber cívico, afirmando: “He cumplido con mi deber cívico. Sabía que detrás de mí estaba mi ciudad de Ozyory, la ciudad de Moscú y nuestra gran Madre Patria. Nunca dudé ni un momento de que estaba haciendo lo correcto. ¡Gracias! ¡Sirvo a Rusia!”
Este episodio pone de relieve la creciente tensión en la región y el impacto que los conflictos armados tienen en la vida cotidiana de los ciudadanos. La respuesta de Yudayev ha sido utilizada por las autoridades rusas para promover un discurso de patriotismo y defensa nacional en un contexto de creciente inseguridad.