
El popular reality show The Bachelor, que ha sido un referente en la televisión estadounidense, enfrenta una nueva crisis tras la salida de sus showrunners y productores ejecutivos, Claire Freeland y Bennett Graebner. Su marcha se produce en medio de acusaciones sobre condiciones laborales «tóxicas» en el programa, lo que ha llevado a la cadena ABC a reestructurar su equipo al frente de la franquicia.
Según un informe de Deadline, Freeland y Graebner abandonan el programa después de solo dos años en el cargo. Las acusaciones de un ambiente de trabajo hostil han sido corroboradas por numerosos miembros actuales y anteriores del equipo, quienes expresaron su alivio ante la salida de estos directores. Uno de ellos comentó que la situación había sido «horrible y tóxica», y que la llegada de Freeland y Graebner no había mejorado las dinámicas ya problemáticas que existían en la producción.
La gestión de los nuevos showrunners ha sido objeto de críticas por su estilo de liderazgo. Un miembro del equipo describió su comportamiento como «secreto y pasivo-agresivo», señalando que la pareja había creado un ambiente de trabajo en el que muchos se sentían intimidados. Otros denunciaron que durante su mandato, Freeland y Graebner optaron por comunicarse entre ellos a puerta cerrada, aislando al resto del equipo, lo que generó un ambiente de desconfianza y descontento.
Estos cambios en la dirección del programa se producen en un contexto ya complicado para la franquicia. El creador original de The Bachelor, Mike Fleiss, dejó el programa debido a una investigación sobre conducta laboral inapropiada, lo que planteó serias dudas sobre la cultura interna de la producción. La salida de Freeland y Graebner se añade a una lista de renuncias recientes, incluyendo la de los productores coejecutivos Michael Margolis y Keely Booth.
El abogado de Freeland y Graebner ha desmentido las acusaciones, defendiendo a sus clientes como «profesionales bien respetados» que se sienten «asombrados y tristes» por las afirmaciones en su contra. Sin embargo, no todos los empleados son críticos; algunos han defendido a los showrunners, describiéndolos como «profesionales, justos y amables», y asegurando que han aportado mejoras significativas al ambiente laboral.
La situación de The Bachelor también ha llevado a ABC a pausar la producción de su spin-off The Bachelorette, cuya temporada 22, que debía estrenarse en julio, no se desarrollará. Aunque no se ha cancelado, la serie ha visto un aumento en las críticas debido al tratamiento de su protagonista, Jenn Tran, durante la temporada anterior, lo que sugiere una creciente insatisfacción entre los seguidores del programa.
Uno de los momentos más polémicos ocurrió durante el programa After the Final Rose, donde Tran fue obligada a ver un video de su compromiso en vivo, lo que generó una reacción emocional intensa y críticas hacia la producción por su falta de sensibilidad. Este incidente ha sido señalado como un ejemplo del fallido manejo emocional hacia los participantes, lo que ha puesto en tela de juicio las decisiones de los productores.
El panorama actual de la franquicia se complica aún más con la baja audiencia de The Bachelor, que ha visto caer sus cifras significativamente. La reciente temporada, liderada por Grant Ellis, ha atraído 2.7 millones de espectadores, un 14% menos que el año anterior. Además, se ha reportado que esta es la temporada más corta desde 2010, lo que podría reflejar una falta de interés por parte del público.
Mientras tanto, el spin-off The Golden Bachelor, que se estrenó con gran éxito en 2023, aún no ha encontrado su protagonista para la segunda temporada. La franquicia se enfrenta a un momento de incertidumbre y cambios significativos, lo que plantea interrogantes sobre su futuro en el panorama del entretenimiento televisivo.