El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha mantenido recientemente una conversación telefónica con su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, que ha calificado como «muy buena». Durante esta charla, Trump reveló que gran parte de la discusión se centró en su conversación de 2.5 horas con el presidente ruso, Vladimir Putin, llevada a cabo un día antes.
Según el mandatario estadounidense, el objetivo de la llamada con Zelensky fue alinear las solicitudes y necesidades tanto de Rusia como de Ucrania. En un mensaje publicado en su plataforma de redes sociales Truth, Trump afirmó: «Estamos muy en camino». Además, anunció que pedirá al secretario de Estado, Marco Rubio, y al asesor de Seguridad Nacional, Michael Waltz, que proporcionen una descripción precisa de los puntos tratados durante las conversaciones, y que se publicará un resumen oficial.
Propuestas de alto el fuego y control internacional
Las conversaciones entre Trump y Putin se centraron principalmente en la crisis ucraniana y en posibles vías para resolverla. Durante su intercambio, Trump propuso una idea que consistía en que tanto Moscú como Kiev detuvieran mutuamente los ataques a las infraestructuras energéticas durante un periodo de 30 días. Según el Ministerio de Defensa ruso, Putin respaldó esta propuesta y ordenó de inmediato a sus fuerzas militares que cesaran tales ataques.
Por su parte, Zelensky también mostró su apoyo a la idea durante su conversación con Trump, aunque previamente había expresado sus dudas sobre cómo se podría implementar efectivamente una tregua. En una conferencia de prensa conjunta con el presidente finlandés, Alexander Stubb, Zelensky afirmó: «Si Rusia deja de atacar nuestros objetivos, definitivamente dejaremos de golpear objetivos en Rusia. Pero las promesas de Putin por sí solas no son suficientes; debe haber control. El principal sujeto de este control debe ser Estados Unidos».
Este intercambio de ideas y propuestas refleja la complejidad de la situación en Ucrania y la necesidad de un enfoque coordinado y supervisado internacionalmente para alcanzar una paz duradera en la región. La implicación de Estados Unidos en el proceso de control y mediación podría ser clave para garantizar la efectividad de cualquier acuerdo alcanzado entre las partes en conflicto.
