La reciente aprobación de una ley en la Ciudad de México ha marcado un hito en la historia de la tauromaquia, al prohibir la muerte o el daño a los toros durante las corridas. Esta decisión, respaldada por un amplio consenso en el Congreso local, busca abordar las crecientes preocupaciones sobre la crueldad animal, al tiempo que se intenta preservar una tradición que ha estado presente en la cultura mexicana desde el siglo XVI.
El nuevo marco legal, que fue aprobado con un contundente 61 votos a favor y solo 1 en contra, establece que los matadores no podrán utilizar objetos punzantes, como espadas, y que los cuernos de los toros deberán ser cubiertos para evitar lesiones a los humanos. Además, se ha fijado un límite de 15 minutos para la permanencia de los toros en el ruedo. Esta normativa entrará en vigor en un plazo de 210 días, lo que permitirá a las autoridades adecuar las regulaciones antes del inicio de la nueva temporada de corridas en noviembre.
Contexto y reacciones
La ley surge tras un incidente reciente en el que el matador Emilio Macias fue gravemente herido durante la Corrida de Carnaval en Tlaxcala. Este suceso ha intensificado el debate sobre la seguridad de los matadores y la ética de las corridas de toros. La alcaldesa de la Ciudad de México, Clara Brugada, celebró la aprobación de la ley en redes sociales, afirmando que es un paso hacia la creación de una ciudad que respete los derechos de los animales.
Sin embargo, la medida ha generado protestas por parte de los defensores de la tauromaquia, quienes se manifestaron frente al Congreso, intentando incluso superar las barricadas. La intervención de la policía antidisturbios fue necesaria para controlar los enfrentamientos entre los grupos de manifestantes, evidenciando la polarización que este tema provoca en la sociedad mexicana.
La tauromaquia, que fue introducida en México por los españoles, ha sido objeto de críticas crecientes por parte de activistas que la consideran inhumana. A pesar de que varios países latinoamericanos han prohibido las corridas de toros, en España sigue siendo legal matar al animal. En contraste, la práctica de las corridas sin sangre ha sido adoptada en Portugal y en el estado de California, en Estados Unidos.
Con esta nueva legislación, la Ciudad de México se suma a la tendencia global hacia la protección de los derechos de los animales, aunque el futuro de la tauromaquia en el país aún queda por definir. La ley representa un cambio significativo en la forma en que se concibe esta tradición, que ha sido parte integral de la identidad cultural mexicana, generando tanto ingresos como empleo a lo largo de los años.
