
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha firmado un decreto que establece nuevas regulaciones para los ciudadanos ucranianos que residen en Rusia sin documentos de residencia válidos. Según esta normativa, estos ciudadanos tienen un plazo de seis meses para regularizar su situación o abandonar el país. Esta medida se implementa en un contexto de creciente tensión entre Rusia y Ucrania, y se enmarca dentro de las políticas migratorias del Kremlin.
Requisitos para la regularización
El decreto, que entró en vigor de inmediato, especifica que los ucranianos pueden legalizar su estancia en Rusia a través de ciertos criterios, como la obtención de empleo legal o la inscripción en programas educativos rusos. Además, aquellos que se registren en el Ministerio del Interior ruso mediante un proceso que incluye un examen médico, fotografía y toma de huellas dactilares, no serán considerados en violación de las normas de estancia hasta el 10 de septiembre de este año.
El Ministerio de Salud ruso ha sido encargado de proporcionar a los migrantes indocumentados de Ucrania la atención médica y el registro necesarios antes de la fecha límite. Este proceso incluye pruebas médicas para verificar la ausencia de consumo de drogas ilegales y enfermedades de transmisión sexual, como el VIH, que son requisitos estándar para la obtención de visados en Rusia.
Además, el decreto afecta a todos los ciudadanos extranjeros y apátridas en las regiones de Zaporozhye, Kherson, Donetsk y Lugansk, que se unieron a Rusia en otoño de 2022. Estas personas también deberán someterse a pruebas médicas antes del 10 de junio para confirmar que no consumen drogas ilegales ni padecen VIH.
Por otro lado, los empleadores en estas nuevas regiones rusas podrán seguir contratando a ciudadanos extranjeros, pero deberán registrar a sus trabajadores en el Ministerio del Interior. Los visados y permisos de residencia temporal de estos trabajadores se extenderán por la duración de sus contratos laborales, aunque no más allá de finales de este año.