
La situación de los jóvenes en el Reino Unido es alarmante, con casi un millón de jóvenes de entre 16 y 24 años considerados «Neet» (ni en educación, ni en empleo, ni en formación) según datos recientes. Este fenómeno, que afecta aproximadamente al 13,4% de los jóvenes en este rango de edad, ha experimentado un aumento significativo desde la pandemia, pasando de un 11% previo al estallido de la crisis sanitaria. Este incremento se ha atribuido en gran medida a problemas de salud mental y enfermedades de largo plazo que afectan a este grupo demográfico.
Del total de jóvenes Neet, alrededor del 40% se encuentra desempleado, mientras que el 60% restante está inactivo, es decir, no busca trabajo. Durante la pandemia, el número de jóvenes con problemas de salud mental que se encuentran inactivos por razones de enfermedad ha crecido de forma alarmante. Este incremento no es un fenómeno nuevo; desde 2013, el número de jóvenes de entre 16 y 34 años que padecen condiciones de salud mental y que son económicamente inactivos ha aumentado de 100,000 a más de 250,000.
Retos del sistema de bienestar y propuestas de cambio
El sistema de beneficios actual ha sido calificado por Keir Starmer, líder del Partido Laborista, como insostenible e injusto, abogando por una reforma que evite que una generación de jóvenes se quede atrás. Las reformas anunciadas por el gobierno británico incluyen restricciones en la elegibilidad para el pago de independencia personal y propuestas para limitar el acceso a beneficios de incapacidad para menores de 22 años. Aunque estas medidas podrían ahorrar más de 5,000 millones de libras al final de la década, surge la inquietante pregunta de si es posible conciliar el ahorro de costes con la necesidad de emplear a una generación completa.
Las reformas buscan no solo recortar gastos, sino también fomentar la inclusión laboral de los jóvenes. Sin embargo, este enfoque podría resultar insuficiente para abordar los desafíos de salud mental y física que enfrenta esta generación. Para revertir la tendencia de los jóvenes Neet, es fundamental aumentar las oportunidades de empleo, especialmente para aquellos más vulnerables. Se hace necesaria una mejora en el crecimiento económico impulsada por inversiones, que no solo genere nuevos puestos de trabajo, sino que también mejore la calidad de los mismos y los salarios.
A pesar de que el gobierno está invirtiendo en apoyo a la salud mental como parte de sus reformas, se debe prestar atención a la necesidad de gestionar mejor las transiciones de los jóvenes entre la educación y el empleo. La falta de datos robustos sobre estas transiciones complica la comprensión total del problema. Las tasas de Neet, aunque históricamente han sido un desafío, parecen responder a los ciclos económicos, aumentando en tiempos de crisis, como se observó tras la crisis financiera de 2008.
Las iniciativas del gobierno, como el programa Work Choice, que ayuda a personas con discapacidades a encontrar empleo, han demostrado ser efectivas, con incrementos en las tasas de empleo de entre 11 y 12 puntos porcentuales para quienes participaron en el programa antes de la pandemia. Además, se ha comprobado que incluso una formación breve para jóvenes desempleados con escasa preparación puede tener un impacto significativo en sus tasas de empleo.
Si bien las reformas en el sistema de bienestar son un paso en la dirección correcta, es esencial abordar las causas profundas de la alta tasa de Neet en el Reino Unido. Esto incluye facilitar el acceso a empleos de calidad y asegurar que aquellos jóvenes desilusionados con el sistema educativo cuenten con alternativas viables. Solo mediante un crecimiento económico sostenido y una atención integral a las necesidades de los jóvenes se podrá evitar que una generación entera se pierda en la inactividad.