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El telescopio James Webb detecta por primera vez dióxido de carbono en exoplanetas

In Sin categoría
marzo 22, 2025

El telescopio espacial James Webb ha logrado un hito significativo en la exploración del universo al observar directamente el dióxido de carbono en la atmósfera de exoplanetas por primera vez, según un anuncio realizado por un equipo de científicos el pasado lunes. Este avance, aunque no sugiere la existencia de vida en los gigantes gaseosos observados, proporciona pistas valiosas sobre la formación de planetas en sistemas lejanos.

El sistema HR 8799, situado a 130 años luz de la Tierra, es notable por su juventud, con apenas 30 millones de años, en comparación con los 4.600 millones de años de nuestro sistema solar. Un equipo de investigadores estadounidense utilizó el telescopio Webb para detectar directamente el CO2 en la atmósfera de los cuatro planetas conocidos de este sistema, como se detalla en un estudio publicado en The Astrophysical Journal.

Empleando los instrumentos de coronógrafo del Webb, que bloquean la luz de estrellas brillantes para obtener una mejor visualización de los planetas que orbitan a su alrededor, los científicos pudieron realizar esta observación. El autor principal del estudio, William Balmer, astrofísico de la Universidad Johns Hopkins, comparó este proceso con colocar el pulgar frente al sol para observar el cielo.

Un avance crucial en la búsqueda de vida

Tradicionalmente, el telescopio Webb ha detectado exoplanetas observando su tránsito frente a su estrella madre. Este método fue utilizado anteriormente para detectar indirectamente el CO2 en la atmósfera del gigante gaseoso WASP-39 en 2022. Sin embargo, el reciente descubrimiento representa un avance importante, ya que se observó la luz emitida por el propio planeta, en lugar de depender de la luz filtrada de la estrella anfitriona.

Aunque los gigantes gaseosos no son candidatos para albergar vida, Balmer indicó que podrían tener lunas donde la vida podría existir. Actualmente, hay misiones en marcha para investigar la posibilidad de vida en los vastos océanos que se encuentran bajo las capas de hielo de varias lunas de Júpiter.

El CO2 es fundamental para la vida en la Tierra, lo que convierte su presencia en un objetivo clave en la búsqueda de vida en otros lugares del universo. Su aparición en forma de partículas de hielo en el frío del espacio puede ofrecer información sobre la formación planetaria. Se cree que Júpiter y Saturno se formaron a partir de un proceso de «abajo hacia arriba», donde pequeños fragmentos de hielo se unieron para crear un núcleo sólido que posteriormente absorbió gas y se convirtió en gigantes. Este nuevo descubrimiento es considerado por Balmer como una «prueba clave» de que los planetas lejanos pueden formarse de manera similar a los del sistema solar.

A medida que los astrónomos continúan descubriendo exoplanetas, que ya suman casi 6.000, la mayoría de ellos de gran tamaño y sin condiciones conocidas para la vida, Balmer destacó la necesidad de centrar los esfuerzos en mundos más pequeños y similares a la Tierra. La próxima misión de la NASA, el telescopio espacial Nancy Grace Roman, está programada para utilizar un coronógrafo y comenzar esta búsqueda tras su lanzamiento previsto en 2027.

Sin embargo, el futuro de la financiación para tales investigaciones se encuentra en una situación incierta, especialmente tras el reciente despido del principal científico de la NASA, lo que sugiere que podrían venir recortes adicionales a la agencia espacial estadounidense.

Más información: JWST-TST High Contrast: Living on the Wedge, or, NIRCam Bar Coronagraphy Reveals CO2 in the HR 8799 and 51 Eri Exoplanets’ Atmospheres, The Astrophysical Journal (2025). DOI: 10.3847/1538-3881/adb1c6

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