
Un equipo de científicos de la Unidad de Investigación de Mamíferos Marinos de la Universidad de St Andrews, en el Reino Unido, ha realizado un importante descubrimiento sobre las focas grises. Según un estudio publicado en la revista Science, estas especies son capaces de monitorizar sus niveles de oxígeno en sangre como un mecanismo para evitar el ahogamiento.
Las investigadoras Lucy Hawkes y Jessica Kendall-Bar, de la Universidad de Exeter y la Universidad de California en San Diego, respectivamente, han publicado un artículo complementario en el mismo número de la revista que detalla el trabajo realizado por el equipo. Este hallazgo contribuye a comprender mejor los mecanismos fisiológicos que utilizan los mamíferos marinos para sobrevivir en un entorno acuático.
Mecanismos de supervivencia de las focas grises
Todos los mamíferos requieren oxígeno para respirar. Investigaciones anteriores han demostrado que la mayoría de los mamíferos terrestres cuentan con sensores que responden a la acumulación de dióxido de carbono en la sangre, lo que indica la necesidad de aire fresco. En los seres humanos, el aumento de dióxido de carbono es percibido por quimiorreceptores situados cerca de las arterias carótidas, provocando síntomas como mareo, deseo de aire y ansiedad.
Sin embargo, muchos mamíferos marinos, como las focas grises, pueden permanecer bajo el agua durante periodos mucho más prolongados que los animales terrestres. Por ello, el equipo de investigación se preguntó si estas especies utilizan otros mecanismos para alertarlos cuando es necesario salir a la superficie. Para averiguarlo, capturaron seis focas grises adultas y las llevaron a una piscina para realizar pruebas controladas.
Los experimentos consistieron en hacer que las focas nadaran de un lado a otro entre una estación de alimentación y una cámara de respiración, donde se podía ajustar la mezcla de oxígeno y dióxido de carbono en el aire. Dado que la piscina estaba cubierta, las focas solo podían salir a respirar en la cámara designada.
Los investigadores probaron diferentes mezclas de aire: una con las condiciones ambientales habituales, otra con el doble de la cantidad normal de oxígeno, una tercera con la mitad del oxígeno normal y, por último, una con niveles normales de oxígeno pero con dióxido de carbono 200 veces superiores a lo habitual. Para medir la respuesta a los cambios en la mezcla de aire, los científicos registraron cuánto tiempo permanecían las focas bajo el agua.
Los resultados mostraron que cuanto más oxígeno había en el aire, más tiempo permanecían las focas bajo el agua; en cambio, menos oxígeno se traducía en periodos más cortos. Curiosamente, los niveles elevados de dióxido de carbono no afectaron el tiempo que las focas permanecían sumergidas.
Los investigadores sugieren que estos hallazgos indican que las focas grises poseen un mecanismo que les permite monitorizar sus niveles de oxígeno en sangre, actuando como una especie de alarma que les avisa cuando es el momento de salir a respirar.
Más información:
J. Chris McKnight et al, Cognitive perception of circulating oxygen in seals is the reason they don’t drown, Science (2025). DOI: 10.1126/science.adq4921
Lucy Hawkes et al, A deep dive into oxygen sensing, Science (2025). DOI: 10.1126/science.adw1936
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