
Desde 2009, tres mujeres han sido asesinadas diariamente por sus parejas íntimas en Sudáfrica, según datos citados por un profesor de la Universidad de Ciudad del Cabo. Esta alarmante estadística pone de manifiesto la grave crisis de violencia de género que afecta al país, donde la implementación deficiente de leyes diseñadas para proteger a las mujeres agrava la situación.
Recientemente, el tema de la violencia de pareja ha cobrado relevancia tras el anuncio de la Autoridad Nacional de Procesamiento (NPA) de que el caso de intento de asesinato contra Edwin Sodi ha sido retirado de la lista del Tribunal de Magistrados de Randburg. Este hecho se produce días después de que Wayne Lawrence, un asesino convicto de Ciudad del Cabo, fuera condenado a 71 años de prisión por el asesinato de su exnovia, Angela, y el intento de asesinato de su hija durante una disputa doméstica.
Lawrence, que poseía dos armas de fuego legalmente, es un ejemplo de cómo la falta de control sobre la tenencia de armas contribuye a la violencia de género. En contraste, Sodi enfrentaba cargos de intento de asesinato y agresión, pero estos fueron retirados por su esposa, Nthateng Lerata, quien alegó que durante una confrontación amenazante, Sodi intentó dispararle, aunque su arma se atascó.
Retos en la lucha contra la violencia de género
La portavoz de la NPA, Phindi Mjonondwane, indicó que rechazaron la declaración de retirada de Lerata debido a la prevalencia de la violencia de género. Sin embargo, como ambos no se presentaron en la corte, el caso fue desestimado. La profesora Naeemah Abrahams, especialista en el Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica (SAMRC), subrayó que más de un tercio de las mujeres asesinadas lo son por disparos, lo que resalta la ineficacia de la Ley de Control de Armas y la Ley de Violencia Doméstica, que prohíben que los abusadores obtengan licencias de armas y exigen la confiscación de las mismas.
Un estudio reciente del SAMRC sobre el feminicidio en Sudáfrica revela que las tasas de condena han disminuido, alcanzando los niveles más bajos durante el año 2020/21. Menos de una de cada cinco mujeres asesinadas por sus parejas íntimas recibió justicia, y el 44,5% de los casos no identificó al perpetrador, lo que indica un grave deterioro en la respuesta del sistema judicial ante estos crímenes.
La investigación también muestra que la falta de identificación de los perpetradores ha aumentado drásticamente, pasando del 19% en 1999 al 44% en 2020/21. Esto refleja no solo una falta de recursos, sino también una alarmante disminución en la eficacia de las investigaciones policiales. La estrategia nacional de prevención del feminicidio, desarrollada en 2022, aún espera la aprobación del gabinete, lo que pone de relieve la inacción gubernamental en un tema tan crítico.
La creciente violencia de género en Sudáfrica, exacerbada por la falta de control sobre las armas y la ineficacia del sistema judicial, exige una respuesta inmediata y efectiva por parte de las autoridades. La situación actual no solo es un reflejo de la crisis de feminicidio, sino también de la necesidad urgente de implementar políticas que protejan a las mujeres y garanticen su derecho a vivir sin miedo.