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La poesía como voz de la revolución feminista: un nuevo amanecer de las letras

In Cultura
marzo 22, 2025

La poesía y el feminismo han tenido una relación estrecha a lo largo de la historia, pero en los últimos años han emergido nuevas voces feministas y queer que han encontrado un espacio para expresarse. En el contexto del Día Mundial de la Poesía, se observa un momento de liberación poética que merece ser analizado.

El surgimiento del movimiento #MeToo ha permitido que mujeres de todo el mundo compartan la magnitud de la violencia de género que sufren a diario. En medios de comunicación, redes sociales y en las calles, tanto celebridades como mujeres anónimas han podido poner en palabras sus experiencias, y entre ellas se encuentran muchas poetas.

En los últimos ocho años desde el inicio del movimiento #MeToo, han surgido nuevas voces feministas en el ámbito de la poesía. Al mismo tiempo, poetas históricas, cuyas obras habían caído en el olvido, han recuperado interés. La conexión entre el feminismo y la poesía es profunda y ha sido una constante desde los inicios del movimiento. Activistas como Alice Duer Miller y Elizabeth Cady Stanton han utilizado la poesía como herramienta de expresión en momentos cruciales, mientras que en el Reino Unido, Sylvia Pankhurst escribió versos durante su encarcelamiento.

La escritora y activista afroamericana Audre Lorde afirmó en 1985: “Para las mujeres, la poesía no es un lujo. Es una necesidad vital de nuestra existencia”. Las poetas feministas abordan temas que a menudo son íntimos y difíciles. La autora y performer franco-tunisina Nelly Slim ha comentado que en su carrera fue fundamental hablar sobre la violencia, incluyendo la violencia sexual y sexista.

Para la poeta belga Lisette Lombé, la poesía refleja la urgencia de la lucha feminista. “En el lenguaje poético hay un fuego, una tensión que se adapta bien a la lucha. Escribir una novela toma años, pero la lucha exige algo más urgente y directo”, señala. La lengua es un elemento clave en la conexión profunda entre poesía y feminismo. Según la escritora y traductora Lénaïg Cariou, “la poesía tiende a abordar la realidad de manera directa y busca poner las cosas en palabras”. Nombrar temas tabúes, como el clítoris, puede ser un acto de militancia en sí mismo.

Desde 2019, Lénaïg Cariou cofundó un colectivo de traducción literaria que busca visibilizar poetas subrepresentados, a menudo queer, mujeres y personas de color. Su proyecto más reciente es la primera versión en francés de la colección de 1978 de Adrienne Rich, «The Dream of a Common Language«, que explora temas como la maternidad y el amor entre mujeres. La creciente atención por la poesía feminista es evidente en la proliferación de festivales y editoriales dirigidas por mujeres, algo que era poco común en el pasado. “Parece que de repente, las mujeres y las personas queer han tomado el control de los recursos de producción”, explica Cariou.

Esta nueva ola de poesía no solo celebra a poetas históricas, sino que también ofrece espacios para las voces jóvenes. Entre 2017 y 2019, Nelly Slim y la autora franco-suiza Marcia Burnier publicaron el fanzine queer y feminista «It’s Been Lovely But I Have to Scream Now«, que incluyó obras de más de 45 escritores. “La creación de este espacio editorial nació de una necesidad”, recuerda Slim. “Como mujeres, lesbianas, personas queer y de color, carecemos de legitimidad, por lo que necesitamos un espacio donde podamos experimentar sin enfrentarnos a sesgos de selección”.

Las poetas feministas también están formando colectivos para escribir y actuar en comunidad. En el Reino Unido, el colectivo de poesía queer Resonance organiza talleres y micrófonos abiertos en la Biblioteca Feminista de Londres. La poesía no se limita a la escritura, sino que también abarca la performance. Célia Slamtrotteuse, una poeta slam de Suiza, ha destacado la importancia de expresar su vulnerabilidad en el escenario, donde “lo que se dice te libera”. Este aspecto físico de la poesía, que muestra los cuerpos de personas de color, mujeres y personas trans, es fundamental en el slam, que busca dar vida a un texto.

A lo largo de los años, las poetas feministas han ganado reconocimiento en instituciones establecidas. En 2023, el festival suizo Printemps de la poésie invitó a Célia Slamtrotteuse a dirigir un taller de poesía slam centrado en la herencia poética femenina. Además, Lisette Lombé fue nombrada Poeta Nacional de Bélgica en 2024. La esperanza es que esta revolución feminista en el ámbito de la poesía continúe, ya que, como comenta Lénaïg Cariou, “está presente, es poderosa, pero como toda revolución feminista, es precaria y está aún incompleta”.

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