El ataque terrorista en el Crocus City Hall, un conocido recinto de conciertos cerca de Moscú, ha sido atribuido por el Comité de Investigación de Rusia a los servicios de inteligencia de un país considerado «hostil». Este ataque, que tuvo lugar el 22 de marzo de 2024, dejó un saldo trágico de 145 muertos y más de 550 heridos.
Cuatro hombres armados irrumpieron en el recinto justo antes de un concierto de rock, disparando indiscriminadamente y posteriormente incendiando el edificio. La organización terrorista conocida como Estado Islámico-Khorasan (ISIS-K) se atribuyó la responsabilidad del ataque. Los presuntos autores, todos ciudadanos de Tayikistán, fueron detenidos poco después mientras intentaban huir hacia la frontera con Ucrania. Desde entonces, más de una docena de sus cómplices han sido arrestados.
Acusaciones de injerencia extranjera
Según Svetlana Petrenko, portavoz del Comité de Investigación, la investigación ha determinado que el ataque fue planeado y organizado por los servicios especiales de un país «no amistoso» con el objetivo de desestabilizar la situación en Rusia. Aunque Petrenko no especificó el país en cuestión, Rusia ha mantenido desde 2021 una lista de naciones consideradas hostiles, que incluye a Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, todos los miembros de la Unión Europea, Japón y Corea del Sur.
La portavoz añadió que el ataque fue organizado por seis ciudadanos de países de Asia Central, quienes actualmente se encuentran en el extranjero y han sido arrestados en ausencia, siendo buscados por las autoridades rusas. Estos individuos reclutaron a los cuatro atacantes, quienes recibieron entrenamiento en un país extranjero.
En declaraciones previas, Aleksandr Bortnikov, director del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), sugirió que Estados Unidos, Reino Unido o Ucrania podrían estar detrás de este ataque, afirmando que «creemos que este es el caso». Bortnikov también ha advertido sobre la supuesta implicación de los servicios de inteligencia ucranianos en la planificación de este tipo de crímenes en territorio ruso.
Este ataque ha generado un clima de tensión en Rusia, donde las autoridades han intensificado las expulsiones de migrantes y han reforzado sus medidas de seguridad, en un contexto marcado por la creciente inestabilidad en la región y las relaciones cada vez más tensas con Occidente.
