
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reafirmado su intención de imponer aranceles recíprocos a partir del 2 de abril, aunque ha indicado que podría haber cierta flexibilidad en su aplicación. Durante un evento en el Despacho Oval, Trump destacó que la política arancelaria que planea implementar no contempla excepciones, afirmando que «en cuanto lo haces para uno lo tienes que hacer para todos».
Trump justificó esta medida como un proceso justo, señalando que «imponemos lo que nos impongan». Desde su regreso a la Casa Blanca el 20 de enero, el mandatario republicano ha manifestado su deseo de corregir lo que considera déficits comerciales injustos para Estados Unidos, utilizando los aranceles como herramienta de presión contra países como México, Canadá y China, especialmente en relación con la reducción del tráfico de fentanilo en las fronteras estadounidenses.
Resultados de la política arancelaria
En su discurso, Trump afirmó que su política ya está dando resultados, mencionando que «al menos 4 billones de dólares están llegando de las compañías automotrices». Aseguró que muchas empresas que originalmente planeaban fabricar en México o Canadá ahora lo harán en Estados Unidos, ya que no desea vehículos provenientes de esos países. El presidente subrayó que «se ha acabado» la época en la que las empresas se trasladaban al extranjero, lo que había generado desempleo y fábricas vacías en el país.
Criticando a su predecesor, el demócrata Joe Biden, Trump lo calificó de «incapaz» de abordar la situación de los empleos perdidos. En un tono desafiante, el presidente anunció que el 2 de abril marcará «el Día de la Liberación de Estados Unidos», argumentando que «nos han estafado todos los países del mundo, amigos y enemigos» en términos de comercio y defensa. Según Trump, parte de ese dinero regresará al país a través de los aranceles impuestos.