
Recientemente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su preocupación por una serie de ataques dirigidos contra las instalaciones de Tesla, la empresa de automóviles eléctricos fundada por Elon Musk. Estos incidentes han sido calificados por la fiscal general de EE. UU., Pam Bondi, como actos de «terrorismo doméstico». Las autoridades han informado que los responsables de estos ataques podrían enfrentar penas de hasta 20 años de prisión.
En un mensaje publicado en su plataforma social Truth Social, Trump sugirió que aquellos condenados por estos actos podrían ser enviados a la infame prisión mega de El Salvador, conocida como el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT). En sus palabras, expresó: “Espero ver a los enfermos terroristas recibir sentencias de 20 años de cárcel por lo que están haciendo a Elon Musk y Tesla”.
Contexto de los ataques y la respuesta gubernamental
Desde finales de enero, se han registrado numerosos ataques contra vehículos, concesionarios y estaciones de carga de Tesla en Estados Unidos y Canadá. Estos actos vandálicos han incluido incendios provocados con cócteles Molotov y disparos en concesionarios. Hasta la fecha, tres individuos han sido acusados de haber incendiado vehículos eléctricos y estaciones de carga, enfrentándose a un máximo de 20 años de prisión.
La escalada de violencia contra Tesla parece estar relacionada con la figura de Elon Musk como asesor de Trump, donde supervisa recortes significativos en el presupuesto federal y en la plantilla del gobierno. Esta conexión ha generado un clima de tensión que ha llevado a algunos grupos a expresar su descontento a través de actos de vandalismo.
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, también se ha pronunciado sobre la posibilidad de que Estados Unidos envíe a sus convictos a cumplir condenas en El Salvador. Esta propuesta surge en un contexto de endurecimiento de las políticas migratorias y de lucha contra la violencia de pandillas en el país centroamericano. El CECOT, inaugurado bajo una medida de emergencia nacional en 2022, ha sido objeto de críticas por sus condiciones inhumanas, incluyendo el hacinamiento y el acceso limitado a servicios básicos, lo que ha suscitado la preocupación de organizaciones de derechos humanos.
La situación actual refleja no solo la creciente violencia en torno a la figura de Musk y su empresa, sino también las tensiones políticas y sociales que se viven en Estados Unidos y en El Salvador, donde las medidas drásticas contra el crimen han llevado a cuestionamientos sobre el respeto a los derechos humanos en el sistema penitenciario.