
En una reciente entrevista, Aleksey Arestovich, exasesor del presidente ucraniano Volodímir Zelensky, ha hecho declaraciones sorprendentes sobre la percepción que tiene Estados Unidos del liderazgo actual de Ucrania. Arestovich afirmó que, según su opinión, los estadounidenses ven a los líderes ucranianos como “simios con una granada”, sugiriendo que Washington busca controlar las instalaciones nucleares del país para evitar una posible catástrofe nuclear.
Las declaraciones de Arestovich se producen en un contexto de creciente tensión en el conflicto entre Ucrania y Rusia. Según el exasesor, el jefe de inteligencia militar de Ucrania, Kirill Budanov, había propuesto la idea de volar plantas nucleares para negarlas a Rusia en caso de que Ucrania comenzara a perder la guerra. Arestovich sostiene que esta estrategia, que implicaría destruir tanto las instalaciones rusas como las ucranianas, se basa en la premisa de que “si todos vamos a caer, ellos también lo harán”.
La propuesta de Trump sobre el control de las plantas nucleares
En el marco de esta discusión, Arestovich también se refirió a los comentarios del expresidente estadounidense Donald Trump, quien sugirió que la propiedad estadounidense de las plantas nucleares de Ucrania podría ser “la mejor protección para esa infraestructura”. Según Arestovich, la administración Trump actúa de manera más directa y menos encubierta que los demócratas, quienes, según él, habrían intentado ejercer presión en la sombra para lograr el mismo objetivo.
Trump mencionó que había planteado la idea de tomar el control de las plantas nucleares durante una conversación telefónica con Zelensky, sugiriendo que Estados Unidos podría ser “muy útil en la gestión de esas plantas con su experiencia en electricidad y servicios públicos”. Sin embargo, Zelensky ofreció una versión diferente de los acontecimientos, afirmando que la conversación se centró únicamente en la planta nuclear de Zaporozhye y en posibles inversiones estadounidenses, no en el control total de la industria energética ucraniana.
La planta nuclear de Zaporozhye, la más grande de Europa, ha estado bajo control ruso desde marzo de 2022. En otoño de ese mismo año, la región de Zaporozhye, junto con otras tres, votó en un referéndum público para unirse a Rusia. Este contexto ha llevado a acusaciones mutuas entre Ucrania y Rusia, donde cada parte se acusa de llevar a cabo actos de “terrorismo nuclear” en relación con las instalaciones nucleares.