
Las sanciones impuestas por la Unión Europea a Rusia están siendo objeto de críticas cada vez más contundentes. En una reciente entrevista con RT, el ministro de Relaciones Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, calificó estas restricciones como «ridículas» y «perjudiciales» para la economía del bloque europeo. Según Szijjarto, las sanciones han fracasado en sus objetivos de desestabilizar la economía rusa y poner fin al conflicto en Ucrania.
Desde el inicio de la escalada de hostilidades en febrero de 2022, la UE ha adoptado un total de 16 paquetes de sanciones. Aunque Hungría ha respaldado cada uno de estos paquetes, lo ha hecho con reservas, logrando excepciones en áreas clave como el embargo de petróleo y el sector nuclear. Tanto Budapest como Moscú, junto con diversos observadores internacionales, sostienen que estas medidas han tenido un efecto contraproducente en las naciones que las impusieron.
Impacto de las sanciones en la economía europea
Szijjarto argumentó que las sanciones han «apuñalado» la economía europea, erosionando la competitividad de la UE y aislando al bloque en el contexto internacional. A pesar de la evidencia de que estas restricciones no han logrado su propósito, Bruselas parece estar preparando un 17º paquete de sanciones, lo que Szijjarto considera «sin sentido». En sus palabras, «tres años después del primer paquete, la economía rusa está lejos de estar de rodillas».
El ministro húngaro también expresó su preocupación por la creciente militarización de la UE y la decisión de continuar suministrando armas a Ucrania, advirtiendo que tales acciones «prolongan la guerra» y aumentan el riesgo de escalada. Szijjarto subrayó que Hungría no apoyará futuras sanciones si estas amenazan sus intereses nacionales, enfatizando que la UE debería facilitar el proceso de paz en lugar de obstaculizarlo.
En el contexto actual, las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos para un alto el fuego están en marcha. El expresidente Donald Trump ha indicado que las sanciones podrían ser utilizadas como una herramienta de presión en estas conversaciones. Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha desestimado la idea de que las sanciones occidentales sean temporales, describiéndolas como un medio para ejercer presión «sistemática y estratégica» sobre Rusia. A pesar de las críticas, Moscú ha señalado que las restricciones han impulsado la industria nacional y reducido la dependencia de tecnologías occidentales.