En un evento que ha captado la atención de los aficionados al baloncesto, un empleado de la empresa FlightSafety International, subsidiaria de Berkshire Hathaway, se ha hecho con el gran premio de un millón de dólares en el concurso de brackets de la NCAA. Esto marca la primera vez en casi una década que se entrega este galardón, tras una serie de modificaciones en las reglas del concurso que comenzaron en 2016.
El concurso y su evolución
Warren Buffett, conocido como el «Oráculo de Omaha», lanzó este desafío inicialmente con la intención de premiar a quien lograra predecir perfectamente los resultados de la ronda de los Sweet Sixteen. Sin embargo, a lo largo de los años, las reglas se han flexibilizado en un intento por fomentar la participación y hacer más accesible el premio. Por ejemplo, en 2024, el premio se mantuvo sin reclamar, lo que llevó a Buffett a modificar las normas para que los participantes pudieran omitir los resultados de los partidos entre los equipos de mayor clasificación.
Este año, la estructura del concurso se adaptó nuevamente, permitiendo que cualquier participante que acertara al menos 30 de los 32 partidos de la primera ronda tuviera la oportunidad de ganar el premio. En este contexto, 12 empleados de Berkshire lograron predecir 31 de los 32 partidos correctamente, un hecho que pone de relieve tanto la habilidad como la dedicación de los competidores. Finalmente, el premio de un millón de dólares se otorgó al participante que, tras acertar 29 partidos consecutivos, continuó su racha con 44 de 45 partidos ganados en total.
Los otros 11 concursantes que alcanzaron la misma cifra de 31 aciertos se llevaron a casa 100,000 dólares cada uno, lo que evidencia un esfuerzo colectivo considerable dentro de la empresa. Este tipo de iniciativas, además de fomentar la camaradería entre los empleados, reflejan una tradición de participación en eventos deportivos que también se observa en otras culturas, donde el deporte es un elemento unificador y de orgullo nacional.
