
Los funcionarios de los Estados miembros de la Unión Europea están cada vez más preocupados por la posibilidad de que la administración de Donald Trump retire su apoyo a los sistemas de armas fabricados en EE. UU. que utilizan sus aliados de la OTAN en Europa. Según un informe del Washington Post, esta inquietud surge en un contexto de relaciones tensas entre el presidente estadounidense y la UE.
En los últimos años, Estados Unidos ha proporcionado casi dos tercios de las importaciones de armas de Europa. Muchos de estos sistemas son mantenidos y operados por personal estadounidense, lo que genera una dependencia crítica. Si se retira el apoyo, el equipo que contenga componentes estadounidenses podría enfrentar restricciones significativas, lo que podría afectar su operatividad.
Dependencia de sistemas estadounidenses
Los funcionarios europeos temen que la dependencia de sistemas de defensa como misiles, aviones de vigilancia, drones y cazas estadounidenses se convierta en una vulnerabilidad importante. Un funcionario de la UE comentó al Post que, aunque no es posible que Trump simplemente presione un botón para que todos los aviones caigan del cielo, sí existe un problema de dependencia, especialmente en áreas críticas como la inteligencia y las comunicaciones.
Ante esta situación, varios Estados miembros están revisando sus arsenales para evaluar cuán expuestos estarían en caso de que se interrumpiera el apoyo estadounidense. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha instado al bloque a dejar de comprar armas estadounidenses, argumentando que el rearme europeo no tendría sentido si los Estados miembros continúan dependiendo de proveedores estadounidenses. En este sentido, el canciller alemán designado, Friedrich Merz, ha propuesto extender el sistema de disuasión nuclear de Francia para cubrir a sus vecinos de la UE, una idea que Macron ha manifestado que podría ser discutida.
Por su parte, Rasmus Jarlov, presidente del comité de defensa de Dinamarca, expresó su arrepentimiento por la compra de aviones de combate F-35 fabricados en EE. UU., calificándolos como un “riesgo de seguridad que no podemos asumir”. Jarlov advirtió que EE. UU. podría desactivar estos sistemas si Dinamarca no cumplía con sus demandas, como la entrega de Groenlandia. En un giro similar, Portugal ha cancelado sus planes de adquirir F-35, citando el actual “contexto geopolítico”.
El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, también ha respaldado la necesidad de una mayor autonomía militar en Europa, sugiriendo que Trump “podría tener razón” al afirmar que Europa necesita invertir más en su defensa.