Recientemente, un informe realizado por Deutsche Bank ha suscitado inquietudes sobre la dirección de la economía estadounidense, sugiriendo que las posibilidades de una recesión están cerca del 50%. Este estudio, llevado a cabo entre el 17 y el 20 de marzo de 2025, revela que el 43% de los 400 encuestados prevé un descenso en el crecimiento económico en el próximo año.
A pesar de que la tasa de desempleo se mantiene baja y los datos sugieren un crecimiento continuo, aunque desacelerado, las encuestas de sentimiento indican que tanto consumidores como líderes empresariales están cada vez más preocupados por los riesgos de un posible estancamiento económico. Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, ha reconocido estas inquietudes, aunque afirma que la economía es «fuerte en general», destacando el «progreso significativo» hacia sus objetivos en los últimos dos años.
Desafíos económicos y la posibilidad de estancamiento
Sin embargo, en la última reunión de política monetaria, la Reserva Federal ajustó su estimación de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año a un modesto incremento anualizado del 1,7%. Este sería el peor crecimiento desde 2011, si se excluye el impacto de la pandemia en 2020. A su vez, las proyecciones para la inflación han sido elevadas a un 2,8%, superando el objetivo del 2% fijado por el banco central, aunque se espera que se logre este objetivo para 2027.
La combinación de inflación elevada y crecimiento lento ha reavivado temores de estancamiento económico, un fenómeno no experimentado desde principios de la década de 1980. A pesar de la creciente probabilidad de una situación donde la Reserva Federal deba elegir entre estimular el crecimiento o controlar los precios, pocos economistas consideran que se repita el contexto de aquella época.
Los mercados han mostrado nerviosismo en las últimas semanas ante las perspectivas económicas. Jeffrey Gundlach, experto en bonos, ha estimado que la probabilidad de recesión oscila entre el 50% y el 60%. Esta incertidumbre ha sido exacerbada por la política de tarifas comerciales de la administración estadounidense, que ha llevado a los inversores a temer un posible enfriamiento económico.
Analistas de Barclays han comentado que los indicadores del mercado sugieren solo una desaceleración moderada de la economía, aunque prevén un crecimiento de apenas un 0,7% este año, apenas por encima del umbral de recesión. Recientemente, el centro de pronósticos UCLA Anderson ha emitido su primera «alerta de recesión», argumentando que la situación actual, en gran medida influenciada por las políticas arancelarias, podría llevar a una desaceleración en uno o dos años, aunque esta podría evitarse si se reduce la amenaza de tarifas.
La advertencia de UCLA Anderson es clara: el actual gobierno debe tener cuidado con lo que desea, ya que, si se cumplen todas sus expectativas, podrían ser los arquitectos de una recesión profunda, que podría no ser simplemente un ciclo económico normal, sino un estancamiento con inflación persistente.
