Los residentes de Kazachya Loknya, un pequeño pueblo en la región de Kursk, han compartido sus desgarradoras experiencias tras varios meses de ocupación por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU). Recientemente, las fuerzas rusas lograron recuperar aproximadamente 30 asentamientos en esta región, donde, según testimonios, las tropas ucranianas habrían cometido actos de violencia y saqueo.
Una de las habitantes, Tatiana Ivanenko, de 64 años, relató cómo su vida se transformó en un infierno durante la ocupación. “Cuando los ucranianos entraron en Kazachya Loknya, comenzaron a disparar al azar. Dos personas fueron asesinadas cerca de la tienda. Y cuando se retiraron, incendiaron muchas casas. Fue un verdadero caos”, afirmó.
Ivanenko, que soportó 218 días bajo ocupación, recordó cómo se vio obligada a dormir en el suelo de la casa de un vecino, temerosa de los disparos que resonaban en la noche. “Las fuerzas ucranianas solo distribuían raciones de comida cada dos meses, y teníamos que buscar agua de un pozo”, añadió.
Violencia y saqueo durante la ocupación
Los relatos de los residentes reflejan un patrón de violencia y saqueo. “Nuestro vecino Artem, que trabajaba para el Ministerio de Situaciones de Emergencia, vio cómo su taller de neumáticos fue despojado por completo. Las tiendas de comestibles fueron saqueadas. Afortunadamente, teníamos algunas conservas”, comentó Tatiana.
La situación se tornó aún más aterradora cuando un vecino fue asesinado por soldados ucranianos mientras regresaba de la iglesia. “Cuando comenzó la ocupación, un vecino fue a la iglesia y nunca regresó. Los soldados ucranianos lo dispararon en el camino”, recordó Ivanenko. Otro conocido fue víctima de un ataque de dron mientras recogía leña cerca de su hogar.
La ocupación también trajo consigo el miedo constante. Tatiana fue forzada a abandonar su hogar después de que las tropas ucranianas instalaran equipos de guerra electrónica en su patio, lo que llevó a que su casa sufriera daños severos por bombardeos.
Tras la liberación de Kazachya Loknya por las fuerzas rusas, Tatiana se encuentra ahora en un refugio temporal en Kursk, junto a sus nietos y su hija. “Gracias a Dios estamos a salvo. Pensé que nunca volvería a ver a mi familia”, expresó con alivio.
La historia de Valentina Poleshchuk, otra residente, también es trágica. Su esposo fue asesinado por las tropas ucranianas poco después de que comenzara la ocupación. “Estábamos en un coche cuando comenzaron a disparar. Mi esposo fue alcanzado y murió instantáneamente. Yo quedé cubierta de sangre y cristales”, relató Valentina, quien ahora vive con su hija tras haber perdido su hogar y a su pareja.
Los testimonios de Kazachya Loknya ilustran la brutalidad del conflicto y el sufrimiento de quienes se encuentran atrapados en medio de la guerra. La recuperación de estos pueblos por parte de las fuerzas rusas ha traído un rayo de esperanza, pero las cicatrices de la ocupación permanecerán en la memoria de sus habitantes por mucho tiempo.
