La investigación sobre el comercio ilegal de chimpancés en Guinea-Bissau revela una realidad alarmante que podría estar contribuyendo significativamente al descenso de la población de esta especie en peligro crítico de extinción. Un estudio reciente realizado por la Universidad de Oporto, la Universidad de Cardiff y el Instituto de Biodiversidad y Áreas Protegidas (IBAP) de Guinea-Bissau ha puesto en evidencia la falta de datos sobre el comercio de chimpancés en el país, sugiriendo que su alcance es mucho mayor al que se ha documentado hasta la fecha.
Guinea-Bissau alberga entre el 5% y el 6% de la población global de chimpancés occidentales, una especie que enfrenta un riesgo extremo de extinción. Sin embargo, la información sobre el tráfico de esta especie en el país es escasa. La Dra. Maria Joana Ferreira da Silva, investigadora de la Universidad de Oporto y la Universidad de Cardiff, subraya la importancia de abordar este problema con urgencia, dada la alta amenaza que enfrentan los chimpancés occidentales.
Datos preocupantes sobre el tráfico de chimpancés
Según el estudio, la población de chimpancés occidentales en Guinea-Bissau se estima entre 923 y 6,121 individuos, y su número está disminuyendo debido a la pérdida de hábitat, la caza y la transmisión de enfermedades. Aunque se han registrado más de 643 chimpancés traficados globalmente entre 2005 y 2011, y se estima que entre 2016 y 2020 alrededor de 153 chimpancés fueron comercializados internacionalmente, el número exacto de chimpancés enviados al comercio internacional sigue siendo desconocido.
En 2023, Guinea-Bissau fue identificado como un punto de origen en las rutas de tráfico ilegal, particularmente enviando chimpancés a la vecina República de Guinea. La mayoría de estos chimpancés son vendidos como mascotas para hogares privados y hoteles. Para capturar un solo chimpancé bebé, se estima que se deben matar entre 5 y 10 adultos, lo que tiene un impacto devastador en la población.
La Dra. Ferreira da Silva señala que el bienestar de los chimpancés capturados es precario, ya que a menudo son mantenidos en condiciones inadecuadas que provocan una corta esperanza de vida. Además, la captura de estos animales suele implicar la muerte de sus familiares, lo que agrava la situación. El estudio identificó 18 casos de chimpancés como mascotas que podrían haber causado la muerte de entre 90 y 180 adultos, lo que representa hasta el 20% de la población de chimpancés en Guinea-Bissau.
Los investigadores advierten que el comercio ilegal de chimpancés en el país podría ser más extendido de lo que se cree, y destacan los desafíos significativos para frenar esta práctica. La falta de personal capacitado, equipos y servicios veterinarios para la fauna silvestre son obstáculos que complican la situación. Además, las leyes actuales presentan sanciones obsoletas y difíciles de hacer cumplir, lo que reduce la efectividad de las medidas de protección.
La ausencia de santuarios o centros de rehabilitación en Guinea-Bissau representa otro problema crítico, ya que no hay instalaciones adecuadas para albergar a los chimpancés confiscados, lo que desalienta a las autoridades a hacer cumplir las regulaciones. Los esfuerzos para reubicar a los chimpancés confiscados en santuarios en el extranjero son costosos y complejos, planteando dudas sobre su viabilidad a largo plazo.
El control fronterizo débil también contribuye a que Guinea-Bissau sea un país «poroso» para el contrabando. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha identificado oficialmente a ningún chimpancé de Guinea-Bissau en incautaciones internacionales, lo que indica la existencia de rutas de tráfico no detectadas que deben abordarse con urgencia.
La Dra. Ferreira da Silva hace un llamado a fortalecer la aplicación de la ley mediante la actualización de la legislación, estableciendo sanciones claras y aplicables, así como la capacitación del personal judicial y de las aduanas en la detección de delitos relacionados con la fauna silvestre. Además, subraya la importancia de desarrollar soluciones locales para cuidar a los animales confiscados, así como aumentar la concienciación sobre los riesgos y consecuencias de mantener primates como mascotas.
Es crucial fomentar la colaboración entre agencias nacionales e internacionales para hacer frente al tráfico de vida silvestre y sensibilizar al público sobre la conservación de los chimpancés occidentales, cuya supervivencia está en juego y cuya protección requiere un esfuerzo conjunto y decidido.
