
Recientemente, se ha desatado una controversia en torno a un incidente de seguridad que involucra a altos funcionarios de la administración Trump y un periodista de The Atlantic. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha calificado al periodista involucrado como “engañoso”, minimizando la importancia de la divulgación de información sensible.
El hecho se hizo público tras un informe de The Atlantic que reveló que su editor en jefe, Jeffrey Goldberg, fue añadido accidentalmente a un chat grupal en Signal que incluía a figuras clave de la administración, como el vicepresidente J.D. Vance y el asesor de seguridad nacional Mike Waltz. Este grupo había estado discutiendo activamente posibles operaciones militares de EE. UU. contra los rebeldes hutíes en Yemen, justo antes de que el presidente Donald Trump ordenara ataques aéreos el 15 de marzo.
Goldberg afirmó que uno de los últimos mensajes de Hegseth antes del ataque contenía “detalles operativos de los próximos ataques en Yemen, incluyendo información sobre objetivos, armas que EE. UU. desplegaría y la secuenciación de los ataques.” Sin embargo, Hegseth descalificó a Goldberg, describiéndolo como “un periodista engañoso y altamente desacreditado que ha hecho de la difusión de engaños su profesión.” Al ser interrogado sobre el contenido de los mensajes, Hegseth afirmó: “Nadie estaba enviando planes de guerra, y eso es todo lo que tengo que decir al respecto.”
Reacciones y Consecuencias
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Brian Hughes, confirmó a Reuters que el hilo de mensajes “parece ser auténtico” y anunció que se había iniciado una revisión interna para investigar cómo se añadió un número inadvertidamente a la cadena de mensajes. Hughes también destacó que el hilo demuestra “la profunda y reflexiva coordinación de políticas entre los altos funcionarios,” aunque no aclaró si se habían violado protocolos de seguridad nacional o si se tomarían medidas disciplinarias.
El presidente Trump ordenó una “acción militar poderosa” contra los hutíes, acusándolos de llevar a cabo una “campaña incesante de piratería, violencia y terrorismo contra barcos, aeronaves y drones estadounidenses y de otros países.” Este grupo, conocido oficialmente como el movimiento Ansar Allah, ha controlado grandes porciones de Yemen, incluida la capital, Saná, desde mediados de la década de 2010.
En lo que The Atlantic describió como una “fascinante discusión sobre políticas,” altos funcionarios de EE. UU. reconocieron la dificultad de generar apoyo público para una nueva campaña militar. En el chat, un mensaje atribuido a Vance indicaba que “hay un riesgo real de que el público no entienda esto o por qué es necesario,” sugiriendo que el principal motivo para actuar sería, como dijo el presidente, enviar un mensaje claro.
Hegseth coincidió, afirmando que “el mensaje va a ser difícil, sin importar qué — nadie sabe quiénes son los hutíes — por lo que necesitamos centrarnos en: 1) Biden falló y 2) Irán financió.” Trump ha afirmado que los ataques hutíes “emanen de, y son creados por, Irán,” advirtiendo que a partir de ahora, Washington considerará cada disparo realizado por el grupo yemení como si fuera disparado por Teherán. “Irán será responsabilizado, y sufrirá las consecuencias, y esas consecuencias serán graves,” escribió el presidente en su plataforma Truth Social el lunes pasado.