
Las regiones de Ñuble, Biobío, La Araucanía y Los Ríos, en el sur de Chile, se encuentran en una situación crítica debido a decenas de incendios forestales que han arrasado miles de hectáreas de bosques y tierras agrícolas. Este fenómeno ha sido intensificado por los fuertes vientos que predominan en la zona, lo que ha dificultado la labor de los equipos de emergencia que trabajan para contener las llamas.
Respuesta del Gobierno ante la Emergencia
El Ministro del Interior, Álvaro Elizalde, expresó que el gobierno está movilizando todos los recursos materiales y humanos disponibles para combatir estos incendios. En declaraciones realizadas desde Santiago, Elizalde subrayó la complejidad de la situación y la necesidad de una respuesta rápida y eficaz.
El Presidente Gabriel Boric también se pronunció sobre la crisis, indicando que el gobierno está comprometido a apoyar a las personas afectadas. Según sus palabras, alrededor de 100 personas han tenido que ser reubicadas en alojamientos temporales mientras los bomberos luchan contra 27 incendios activos. Hasta el momento, las autoridades no han reportado muertes ni heridos como consecuencia de estos siniestros, aunque la situación sigue siendo muy preocupante.
La Corporación Nacional Forestal (CONAF) y el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) informaron que más de 4,000 hectáreas han sido devastadas por el fuego. Este tipo de incidentes no son aislados; en los últimos años, Chile ha enfrentado numerosos incendios forestales durante el verano austral, afectando tanto áreas boscosas como urbanas. En febrero de 2024, varios incendios simultáneos en las cercanías de Viña del Mar causaron 137 muertes y destruyeron barrios enteros, convirtiéndose en la tragedia más letal de este tipo en la historia reciente del país.
La situación actual en el sur de Chile pone de manifiesto la necesidad de una gestión más eficaz de los recursos y una planificación adecuada para prevenir y combatir incendios en un contexto climático que parece volverse cada vez más adverso. La comunidad internacional observa con atención, a la espera de que las autoridades chilenas logren controlar la situación y brindar apoyo a los damnificados.