Un estudio realizado por investigadores del Centro Alemán de Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv), la Universidad de Leipzig y la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg, ha revelado que los bosques con una alta diversidad de especies arbóreas son más eficaces en la amortiguación de los picos de calor en verano y de frío en invierno en comparación con aquellos que cuentan con menos especies. Este hallazgo, publicado en la revista Ecology Letters, subraya la importancia de diversificar las especies de árboles en los bosques, especialmente en un contexto de cambio climático.
El aumento de las temperaturas debido a los gases de efecto invernadero ha generado cambios significativos en los extremos térmicos, con una disminución de los picos de frío en invierno y un aumento de los picos de calor. Aunque se conoce desde hace tiempo que los árboles pueden ayudar a mitigar estas temperaturas extremas, hasta ahora no se había investigado cómo la riqueza de especies arbóreas influye en esta función.
Un experimento a gran escala sobre diversidad arbórea
Los investigadores llevaron a cabo su estudio en el mayor experimento de diversidad arbórea plantado en el mundo, ubicado en China subtropical. En el experimento BEF-China, se plantaron cientos de miles de árboles en parcelas que contenían de 1 a 24 especies diferentes. Este proyecto ha sido una de las plataformas de investigación clave de iDiv desde su establecimiento, permitiendo la realización de mediciones de temperatura forestal durante un periodo de seis años (2015-2020).
Los resultados mostraron que los bosques ricos en especies arbóreas lograban reducir las temperaturas bajo el dosel durante los picos de calor más que aquellos con menos especies. Este efecto se manifestaba con mayor intensidad durante las horas más calurosas del día, alcanzando hasta 4.4ºC de diferencia en las parcelas experimentales con 24 especies en comparación con aquellas con solo una especie. Además, los bosques diversos también mostraron una mejor capacidad para aumentar las temperaturas durante las horas frías de la noche y en invierno.
Los investigadores identificaron que la densidad del dosel y la diversidad estructural de las especies son factores que explican cómo la riqueza de especies puede influir en la amortiguación de la temperatura. Las parcelas con mayor número de especies presentaron una densidad de dosel más alta y una mayor variedad de tamaños de árboles, lo que mejora la capacidad de amortiguación al reducir la mezcla de masas de aire.
El estudio aporta argumentos sólidos sobre los beneficios de incrementar la riqueza de especies arbóreas, no solo para los humanos, que pueden beneficiarse de un microclima más confortable durante las olas de calor, sino también para el ecosistema en su conjunto. Un microclima regulado favorece la regeneración de los bosques y mejora el funcionamiento del suelo, apoyando la biodiversidad y los ciclos de nutrientes, así como el almacenamiento de carbono.
Los autores concluyen que la investigación refuerza la idea de que promover la diversidad arbórea es clave para las iniciativas de restauración forestal a gran escala y para los bosques urbanos. Este enfoque no solo mitigará los efectos negativos del calentamiento global y de los extremos climáticos, sino que también contribuirá a la sostenibilidad y salud de los ecosistemas.
