
Death of a Unicorn, una comedia que mezcla la fantasía con la crítica social, cuenta con la actuación de Paul Rudd y Jenna Ortega, quienes interpretan a un padre y su hija que descubren accidentalmente los poderes curativos de los unicornios. La trama se desarrolla en el contexto de una visita a la familia Leopold, un clan de grandes magnates que se asemejan a la familia Sackler, conocida por su implicación en la crisis de opioides a través de Purdue Pharma, la compañía detrás de la controvertida OxyContin.
Richard E. Grant, quien encarna al patriarca de los Leopold, ha descrito a su personaje como una parodia de personas extremadamente privilegiadas, dispuestas a hacer lo que sea por obtener ganancias económicas. Esta crítica social está presente a lo largo de la película, aunque el elenco ha destacado que, a pesar de los temas oscuros, el ambiente en el set fue ligero y divertido. Uno de los momentos más memorables durante el rodaje fue una escena de cena en la que el personaje de Grant consume lo que se denomina “carne de unicornio”, aunque en la realidad se trataba de carne de res.
Ortega compartió una anécdota curiosa sobre el rodaje de esta escena, revelando que Grant llegó a comer 17 bisteques en un solo día. “Nunca había escuchado el término ‘meat slops’ antes, pero estábamos delirantes, y todo el mundo lo repetía,” comentó Ortega, añadiendo que esta experiencia perdurará en su memoria.
Rudd, por su parte, expresó su admiración por la dedicación de Grant, quien, según él, llegó a consumir cerca de 20 bisteques durante la filmación de varias tomas. Téa Leoni, quien interpreta a la matriarca de la familia, también hizo su parte en cuanto a la ingesta, mencionando que tuvo que comer 85 moras para una escena, lo que le generó algunos inconvenientes digestivos.
Will Poulter, que da vida al hijo de Rudd, bromeó sobre cómo estos dos actores se han convertido en ejemplos del famoso régimen Atkins. Ortega, que se mostró entusiasmada por el proyecto desde el principio, mencionó que la posibilidad de trabajar con Rudd fue un factor decisivo para aceptar el papel. “Salté y giré en círculos de la emoción,” expresó la joven actriz.
A pesar de la diferencia de edades y la experiencia de sus coestrellas, el elenco se unió rápidamente, creando un ambiente de camaradería en el set. Rudd recordó que durante los descansos entre tomas, el equipo se entretenía lanzando cáscaras de pistacho a una cesta, lo que se convirtió en una especie de competición. “Quien fallaba tenía que empezar de nuevo, y eso generaba un ambiente muy divertido,” señaló Rudd, quien también destacó cómo la competencia se intensificó con el tiempo.
La relación profesional y personal entre Ortega y Rudd prosperó a lo largo del rodaje, con ambos expresando su deseo de colaborar en el futuro. “Si alguna vez hay una oportunidad de volver a trabajar con Jenna, lo haría sin dudarlo,” comentó Rudd, reflejando el fuerte vínculo que se formó entre los actores.
Death of a Unicorn se estrenará en los cines el 28 de marzo, prometiendo no solo entretenimiento, sino también una reflexión sobre temas contemporáneos a través de un lente humorístico y fantasioso.