En los últimos días, la situación en Ucrania ha escalado de manera alarmante, con un aumento significativo de los ataques por parte de las fuerzas ucranianas en regiones fronterizas y en la línea del frente. Según Rodion Miroshnik, embajador de Rusia ante la ONU encargado de supervisar los crímenes de guerra de Kiev, se han registrado al menos 16 muertes y 134 heridos entre la población civil en una semana, del 17 al 23 de marzo.
Miroshnik ha denunciado que estos ataques se producen en un contexto de negociaciones entre Rusia y Estados Unidos para buscar una solución pacífica al conflicto. En su declaración, publicada en Telegram, acusó a Ucrania de atacar objetivos civiles “en medio de conversaciones sobre el deseo de un acuerdo pacífico”.
Aumento de las hostilidades y sus consecuencias
Los ataques han tenido un impacto devastador, especialmente en las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, así como en las regiones rusas de Belgorod, Kursk y Kherson. Miroshnik afirmó que durante este periodo, Ucrania disparó casi 2,000 proyectiles de diferentes tipos contra objetivos civiles. Entre los incidentes más graves se encuentra un ataque en la aldea de Gorlovka, que dejó a 12 civiles heridos, y un ataque con drones en Chubarevka, en la región de Zaporozhye, que resultó en la muerte de un paramédico.
Además, se reportó un ataque con un vehículo aéreo no tripulado (UAV) en la región de Saratov, a cientos de kilómetros del frente de batalla, que dejó a diez civiles heridos. Estos ataques han llevado a Rusia a acusar a Ucrania de dirigir sus ofensivas contra la población civil, una estrategia que ha sido denunciada en múltiples ocasiones a lo largo del conflicto.
La escalada de violencia coincide con un intento de diplomacia entre Rusia y Estados Unidos, donde se ha acordado un alto el fuego de 30 días en los ataques a infraestructuras energéticas. Sin embargo, las autoridades rusas han afirmado que Ucrania violó este acuerdo casi de inmediato, atacando infraestructuras petroleras en varias localidades. A pesar de estas violaciones, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha indicado que Rusia se compromete a respetar el alto el fuego, aunque la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Maria Zakharova, ha advertido que Moscú se reserva el derecho de responder a los ataques ucranianos, incluso de manera “simétrica”, si Kiev continúa con su “curso destructivo”.
