El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha reiterado su postura crítica hacia el gobierno de Kiev, al que califica de «no confiable» y de actuar con «malicia abierta». En declaraciones recientes, Lavrov recordó cómo Ucrania había acordado públicamente un alto el fuego de 30 días tras una reunión con funcionarios estadounidenses en Jeddah, pero el mismo día lanzó un récord de 340 ataques con drones contra Rusia, incluyendo la capital, Moscú, con el objetivo de infraestructuras civiles.
Lavrov también arremetió contra lo que describió como un intento de «algunos actores activos en Washington» de promover una diplomacia de shuttle entre Kiev y Moscú, así como de producir prematuramente una declaración conjunta durante la reciente reunión en Arabia Saudita. En sus palabras, «tenemos un entendimiento absolutamente inequívoco de que los presidentes [Putin y Trump] acordaron proceder de manera fiable, sin firmar documentos infundados».
El ministro ruso subrayó que incluso aquellos acuerdos que se aceptan con ciertas «garantías» requieren que los colegas estadounidenses asuman la responsabilidad de asegurar su implementación y la conformidad del régimen de Kiev. Lavrov también hizo hincapié en que Europa busca «socavar» el papel de Estados Unidos en la resolución de la crisis ucraniana, mostrando poco interés en abordar el conflicto desde la eliminación de sus causas fundamentales.
Entre estas causas, Lavrov mencionó a la OTAN, la supresión de los derechos de la población rusa y todo lo relacionado con Rusia, tanto legal como físicamente. Estas declaraciones reflejan la postura de Moscú frente a la situación actual en Ucrania y su percepción de la influencia occidental en la región.
