Descubrimiento de una Avispa Prehistórica en Ámbar
Un equipo de científicos ha descubierto una avispa antigua que pudo haber existido en la época de los dinosaurios, caracterizada por un cuerpo que recuerda a una trampa para insectos. Según el coautor del estudio, Lars Vilhelmsen, del Museo de Historia Natural de Dinamarca, el abdomen de esta avispa parásita presenta una serie de paddles o aletas flácidas, cubiertas de finos pelos, que se asemejan a «una pequeña trampa de oso unida a su extremo». Este hallazgo fue realizado en ámbar de 99 millones de años, procedente de la región de Kachin, en el norte de Birmania.
Los investigadores encontraron más de una docena de ejemplares femeninos de esta avispa, y su estructura corporal comparte similitudes con la planta carnívora conocida como atrapamoscas de Venus, que cierra sus hojas para atrapar y digerir insectos desprevenidos. Sin embargo, el diseño de la avispa sugiere que su estructura no estaba destinada a aplastar a sus presas, sino a mantenerlas inmóviles mientras la avispa depositaba un huevo, permitiendo que la larva se alimentara de su hospedador.
La nueva especie ha sido nombrada Sirenobethylus charybdis, en referencia al monstruo marino de la mitología griega que generaba remolinos al tragar y expulsar agua. Aunque se desconoce el momento exacto de su extinción, el estudio de insectos inusuales como este puede ofrecer a los científicos una visión más amplia sobre las capacidades y la diversidad de los insectos a lo largo de la historia. Según Gabriel Melo, experto en avispas de la Universidad Federal de Paraná en Brasil, este tipo de descubrimientos demuestra que lo extraordinario no se limita a la actualidad, sino que también ha tenido lugar en épocas pasadas.
