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Las ballenas jorobadas enfrentan un desafío: su memoria migratoria amenazada por el cambio climático

In Sin categoría
marzo 27, 2025

Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad McGill revela que las ballenas jorobadas del Pacífico sureste combinan las señales ambientales en tiempo real con sus recuerdos sobre las condiciones en sus zonas de alimentación de la Antártida para determinar el momento de iniciar su migración anual de 10,000 kilómetros. Los investigadores advierten que, debido al acelerado cambio climático, esta estrategia podría volverse menos efectiva ante las alteraciones en las condiciones oceánicas.

El equipo de investigación analizó ocho años de datos de seguimiento por satélite, desde 2009 hasta 2016, de 42 ballenas jorobadas marcadas frente a las costas de Costa Rica, Panamá y Ecuador. El objetivo era rastrear cada individuo durante su migración hacia el Océano Austral en la Antártida y comprender qué factores desencadenan cada año su migración hacia el sur.

Los hallazgos sugieren que las ballenas integran cambios ambientales locales, como la temperatura del mar y la disponibilidad de alimento, con su memoria a largo plazo sobre las condiciones oceánicas en sus áreas de alimentación antárticas. Este mecanismo les permite sincronizar su migración con el florecimiento estacional del kril, su principal fuente de alimento en el Océano Austral. Según la profesora Virginie Millien, bióloga y autora principal del estudio publicado en Scientific Reports, «parece que saben que los cambios en su entorno inmediato están vinculados a condiciones a miles de kilómetros de distancia, lo que les permite ajustar su migración para llegar justo cuando su suministro de alimento alcanza su punto máximo».

Una carrera contra el cambio climático

Este mecanismo de sincronización ha funcionado durante miles de años, pero ahora se ve amenazado por el rápido cambio climático. En los últimos años, el aumento de las temperaturas oceánicas y los cambios en los patrones de hielo marino han afectado el inicio del florecimiento del kril. Esto significa que, aunque las ballenas están ajustando su migración, podrían no ser capaces de mantener el ritmo con estos acelerados cambios ambientales. «No sabemos cuánto tiempo más podrán seguir el ritmo», declaró Millien. «Desde 2016, cada año ha sido el más cálido registrado, y este patrón se está acelerando. En algún momento, su estrategia basada en la memoria podría dejar de funcionar».

El estudio también encontró diferencias en los patrones migratorios entre machos y hembras. «Los machos tienden a viajar más rápido, eligiendo rutas más directas», aclara Millien. «Las hembras, especialmente aquellas con crías, optan por rutas costeras más largas, posiblemente para evitar depredadores y permitir que sus jóvenes descansen».

Implicaciones para la conservación

Los hallazgos subrayan la necesidad de proteger los corredores migratorios críticos y las áreas de alimentación, según los investigadores. Con el aumento del tráfico marítimo a lo largo de sus rutas migratorias costeras, las ballenas enfrentan un mayor riesgo de colisiones y alteraciones de su hábitat. El coautor Hector Guzmán, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, ha estado trabajando en medidas políticas para reducir la velocidad de las embarcaciones en hábitats clave para las ballenas. «Esta investigación proporciona los datos necesarios para informar los esfuerzos de conservación», señaló Guzmán. «No se trata solo de proteger a las ballenas; se trata de preservar el delicado equilibrio de los ecosistemas marinos».

Más información:
Virginie Millien et al, Comportamiento migratorio de las ballenas jorobadas en el Pacífico sureste frente al cambio climático, Scientific Reports (2025). DOI: 10.1038/s41598-025-87489-4

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