
El presidente francés Emmanuel Macron ha declarado que Francia y el Reino Unido continuarán impulsando el despliegue de un contingente militar en Ucrania, en caso de que se alcance un acuerdo de paz con Rusia. Esta propuesta, que busca establecer una “fuerza de reafirmación” en la región, ha sido rechazada por varios miembros de la Unión Europea, lo que pone de manifiesto las divisiones internas sobre la respuesta a la crisis ucraniana.
Durante una cumbre celebrada en París, Macron anunció que la denominada “coalición de los dispuestos” tiene como objetivo desplegar esta fuerza militar tras la firma de un acuerdo de paz. A pesar de que el presidente francés admitió que la propuesta no cuenta con el apoyo unánime de los Estados miembros de la UE, se prevé que una delegación franco-británica visite Kiev para discutir los detalles del plan.
Controversia en torno al despliegue militar
La idea de enviar tropas a Ucrania ha generado un amplio debate. Mientras que Kiev ha solicitado garantías de seguridad que incluyan tropas de combate listas para intervenir, varios países europeos, como Italia, Alemania y Hungría, han expresado su oposición a la iniciativa. Estos países han manifestado preocupaciones sobre una posible escalada del conflicto y las implicaciones financieras que conllevaría un despliegue militar.
El concepto de “coalición de los dispuestos”, que originalmente se utilizó para describir a los países que apoyaron la invasión de Irak en 2003, ha evolucionado para incluir a aquellos que han prometido continuar brindando apoyo militar a Ucrania. Sin embargo, establecer una fuerza de este tipo requeriría un consenso entre los Estados miembros de la UE y un mandato internacional, como el de las Naciones Unidas.
Desde Moscú, el Ministerio de Relaciones Exteriores ha rechazado la idea de que Estados de la OTAN asuman roles de mantenimiento de la paz en Ucrania, acusando a Francia y al Reino Unido de planear una “intervención militar en Ucrania” que podría provocar un enfrentamiento directo con la OTAN. Además, el Kremlin ha denunciado que estas acciones podrían socavar los esfuerzos de resolución del conflicto impulsados por Estados Unidos y Rusia.
Recientemente, Estados Unidos logró mediar un alto el fuego limitado entre Ucrania y Rusia, que incluye una moratoria sobre los ataques a infraestructuras energéticas. Sin embargo, Moscú ha acusado a Kiev de violar los términos del alto el fuego al atacar instalaciones relacionadas con la energía en Rusia.
En medio de esta situación, la Unión Europea ha continuado promoviendo una agenda de militarización. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó un plan de 800 mil millones de euros para aumentar el gasto militar a través de préstamos. No obstante, países del sur de Europa, como Italia y España, han mostrado reticencias ante esta propuesta, preocupados por el impacto que podría tener en sus ya abultadas deudas.