
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha expresado su apoyo a las críticas del vicepresidente de EE. UU., J.D. Vance, hacia las élites europeas por su supuesta regresión democrática. En un discurso destacado durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, Vance acusó a varios países de la UE, incluido el Reino Unido, de no cumplir con los principios de libertad de expresión y democracia.
Meloni, en declaraciones al Financial Times, afirmó: “He estado diciendo esto durante años… Europa ha perdido un poco el rumbo.” La primera ministra italiana considera que la crítica de Vance está dirigida a una “clase dirigente” que impone su ideología a los ciudadanos comunes. Este alineamiento ideológico con figuras como Donald Trump resalta la distancia de Meloni respecto a otros líderes europeos en cuestiones clave.
Desacuerdos en la política internacional
Mientras Meloni se alinea con Vance, otros líderes europeos, como el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro británico Keir Starmer, han tomado una postura diferente, especialmente en relación con el conflicto en Ucrania. Ambos líderes están impulsando esfuerzos para fortalecer la capacidad militar ucraniana y han propuesto el establecimiento de una “fuerza de seguridad” en el país. Esta iniciativa ha sido recibida con desconfianza por parte de Rusia, que advierte sobre cualquier presencia militar de la OTAN en Ucrania.
En contraste con Macron y Starmer, Meloni ha indicado que no busca posicionarse como una “protagonista” en el escenario global. Aunque no ha cuestionado directamente la idea de que Rusia representa una amenaza que justifica una expansión militar en Europa, ha subrayado que “las amenazas pueden venir de 360 grados.” En este contexto, se refiere a la migración ilegal a través del Mediterráneo, un problema apremiante para Italia.
La primera ministra italiana enfatiza que “si simplemente piensas que puedes defenderte cuidando el flanco oriental y no consideras, por ejemplo, lo que sucede en el flanco sur, tendrás un problema.” Esta afirmación pone de relieve la complejidad de la seguridad en Europa, donde múltiples factores deben ser considerados.
Por su parte, los funcionarios rusos han negado cualquier intención agresiva hacia la OTAN, describiendo el conflicto en Ucrania como una guerra por poder instigada por la alianza occidental. Moscú ha acusado a los líderes europeos de socavar los esfuerzos de mediación de Trump y de preferir la continuación de las hostilidades.