Descubrimientos en Marte: Nuevas moléculas orgánicas detectadas por el rover Curiosity
El rover Curiosity de la NASA ha realizado un hallazgo significativo en Marte al detectar las moléculas orgánicas más grandes encontradas hasta la fecha en el planeta rojo. Este descubrimiento proporciona una nueva perspectiva sobre el pasado de Marte y sugiere que pudo haber existido química orgánica compleja en tiempos antiguos, una condición esencial para el origen de la vida, según la investigación reciente. Los compuestos identificados incluyen decano, undecano y dodecano, los cuales fueron analizados a partir de una muestra de roca pulverizada de 3.700 millones de años de antigüedad mediante el laboratorio miniatura a bordo del rover, conocido como SAM (Sample Analysis at Mars).
Los científicos creen que estas largas cadenas de moléculas podrían ser fragmentos de ácidos grasos, que son componentes orgánicos fundamentales para la vida en la Tierra, ya que contribuyen a la formación de membranas celulares. Sin embargo, se debe señalar que estos compuestos también pueden generarse sin la intervención de organismos vivos, a través de la interacción del agua con minerales en ambientes hidrotermales. Aunque no se puede confirmar en este momento que estas moléculas sean pruebas de vida pasada en Marte, su detección aumenta la lista de compuestos que los exploradores robóticos han encontrado en el planeta en los últimos años.
El descubrimiento de estas frágiles moléculas también ofrece esperanzas a los astrobiologistas, quienes consideran que, si alguna vez existieron biosignos en Marte, podrían ser detectables a pesar de la intensa radiación solar que ha asediado el planeta durante millones de años. Según la autora principal del estudio, la doctora Caroline Freissinet, investigadora del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, el hecho de que Marte pueda preservar moléculas complejas y frágiles es alentador. Esto sugiere que hay posibilidad de detectar signos de vida antigua en Marte, lo que abre un campo de investigación apasionante sobre la historia biológica del planeta.
Desde su aterrizaje en el cráter Gale el 6 de agosto de 2012, el rover Curiosity ha recorrido más de 34 kilómetros y ha recolectado muestras clave para entender si Marte pudo haber sido habitable. Una de las muestras más valiosas, extraída en mayo de 2013 del área conocida como Yellowknife Bay, se asemejaba a un antiguo lecho lacustre. Estudios previos ya habían revelado que este sitio era un entorno propicio para la formación y conservación de moléculas orgánicas, y la reciente detección de estos compuestos complejos refuerza la importancia de continuar la investigación en Marte, así como la necesidad de traer muestras a la Tierra para un análisis más profundo.
