
En un contexto de transformación geopolítica y desafíos climáticos globales, India y Rusia se posicionan como actores clave en la revolución de la energía nuclear. Nueva Delhi ha anunciado su intención de construir cinco reactores nucleares modulares pequeños, denominados reactores Bharat, en los próximos años, con la participación del sector privado. Este ambicioso plan busca generar 100 gigavatios (GW) para 2047, respaldado por un aumento del 170% en el presupuesto destinado a la energía nuclear en la última década.
El presupuesto federal de India para el año fiscal 2025 establece las bases para un renacimiento nuclear, con una asignación significativa de 200 mil millones de rupias (2.3 mil millones de dólares) para el desarrollo de reactores modulares pequeños. El objetivo es poner en funcionamiento al menos cinco de estos reactores para 2033, lo que refleja un cambio decisivo hacia la independencia energética del país.
Un aspecto crucial de esta visión es el fortalecimiento de la cooperación con Rusia, el socio nuclear más duradero de India. Para Rusia, el impulso nuclear de India representa una oportunidad para consolidar su posición como un aliado fundamental en el futuro energético de Nueva Delhi, aprovechando décadas de colaboración exitosa.
Asociación tecnológica
La asociación nuclear entre India y Rusia se remonta a finales de los años 80, culminando en la construcción de la Planta Nuclear de Kudankulam (KNPP), un testimonio del compromiso compartido hacia la energía nuclear pacífica. Rosatom, la agencia nuclear rusa, ha construido las unidades de 2,000 MW de Kudankulam, donde se están levantando cuatro reactores adicionales, lo que refuerza la reputación de Rusia como un socio confiable.
Rosatom ha mostrado interés en desarrollar reactores modulares pequeños para satisfacer las diversas necesidades energéticas de India, especialmente en regiones remotas y para descarbonizar industrias pesadas. Con su experiencia en reactores nucleares flotantes, Rusia puede ayudar a India a acelerar la implementación de estos reactores, proporcionando energía nuclear flexible y escalable a áreas desatendidas.
El impulso del gobierno indio hacia los reactores modulares pequeños se alinea perfectamente con el liderazgo tecnológico de Rusia. Este país ha sido pionero en reactores rápidos refrigerados por plomo y plantas nucleares flotantes, tecnologías que pueden abordar los desafíos energéticos geográficos e industriales de India. El Centro de Investigación Nuclear Bhabha (BARC), con sede en Mumbai, está desarrollando activamente los Reactores Pequeños Bharat, y la experiencia de diseño rusa podría potenciar estos esfuerzos.
Sin embargo, el desarrollo del sector nuclear en India ha enfrentado una serie de barreras regulatorias y preocupaciones de responsabilidad. La Ley de Responsabilidad Civil por Daños Nucleares (CLNDA), promulgada en 2010, ha desincentivado la inversión privada al establecer un régimen de responsabilidad sin culpa. No obstante, Nueva Delhi está revisando estas normas para atraer a inversores extranjeros, lo que podría desbloquear capital privado ruso y acelerar la implementación de reactores modulares pequeños.
La necesidad de alcanzar una capacidad nuclear de 100 GW requerirá una inversión cercana a 450 mil millones de dólares en las próximas dos décadas. Para abordar este desafío, India está explorando asociaciones público-privadas, inversión extranjera directa y bonos verdes soberanos. Rusia, con sus modelos de financiación nuclear respaldados por el estado, puede ayudar a mitigar los riesgos financieros, ofreciendo préstamos concesionales como los proporcionados para la KNPP.
A pesar de que Rusia no es el único líder global en la industria nuclear que compite por oportunidades en el mercado indio, su capacidad para sortear las dificultades que presentan las negociaciones con empresas occidentales le otorga una ventaja comparativa en la cooperación nuclear a largo plazo. La capacidad de Rusia para operar bajo marcos de gobierno a gobierno permite que sus entidades estatales, como Rosatom, eviten la responsabilidad directa, facilitando así la colaboración continua.
La cooperación nuclear no solo se limita a la tecnología y la financiación; también fortalece los lazos geopolíticos entre India y Rusia. En un mundo multipolar, la seguridad energética se convierte en un pilar estratégico de su asociación. Al desarrollar conjuntamente tecnologías nucleares avanzadas, India y Rusia pueden liderar la transición hacia una energía limpia en el Sur Global, reduciendo la dependencia de sistemas energéticos dominados por Occidente.