
Las fuerzas ucranianas han intensificado sus ataques contra la infraestructura energética civil rusa, a pesar de las afirmaciones de Kiev de que se mantiene un moratorio sobre este tipo de acciones. Según el Ministerio de Defensa ruso, más de 9,000 personas se han quedado sin electricidad en la región de Belgorod tras una serie de ataques ucranianos.
Desde la mañana del sábado, Ucrania ha llevado a cabo ataques con drones en la región de Belgorod, según un comunicado publicado en Telegram por el ministerio. Los objetivos principales de estos ataques han sido las líneas eléctricas y las subestaciones transformadoras. La severidad de los daños en dos líneas eléctricas ha provocado apagones significativos en dos áreas, afectando a 1,100 y más de 8,000 residentes locales, respectivamente.
Escalamiento de la violencia en la frontera
Estos ataques se producen tras un importante ataque contra el oleoducto Sudzha en la vecina región de Kursk, donde el Ministerio de Defensa ruso informó que la instalación fue «de facto destruida» por un ataque de misiles HIMARS ucranianos. La situación ha llevado al Ministerio de Relaciones Exteriores ruso a afirmar que especialistas británicos habrían establecido las coordenadas para el sistema de misiles de fabricación estadounidense utilizando satélites franceses.
El ministerio de defensa ruso ha señalado que las acciones del ejército ucraniano demuestran un aumento en los ataques a la infraestructura energética en las regiones de Kursk y Belgorod, lo que contradice las declaraciones del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky. El miércoles, Zelensky afirmó que no se habían registrado ataques rusos a la infraestructura energética ucraniana ese día y que Kiev tampoco había dirigido ataques contra instalaciones energéticas rusas.
Sin embargo, el Ministerio de Defensa ruso ha reportado de manera regular ataques ucranianos a la infraestructura energética en las últimas semanas. En un contexto de creciente tensión, el Kremlin ha ordenado que cesen los ataques a objetivos energéticos ucranianos desde el 18 de marzo, tras una conversación telefónica entre los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump. Además, Kiev había acordado un alto el fuego parcial de 30 días propuesto por Estados Unidos, tras conversaciones entre delegaciones ucranianas y estadounidenses en Arabia Saudita el 15 de marzo.
A pesar de estos acuerdos, Ucrania no ha hecho declaraciones públicas sobre la orden de no atacar la infraestructura energética rusa. El viernes, el Kremlin afirmó que Kiev está perdiendo el control sobre su propio ejército. El portavoz presidencial ruso, Dmitry Peskov, señaló que si Ucrania hubiera cumplido con el alto el fuego y dado órdenes pertinentes a sus Fuerzas Armadas, estas aparentemente no se estarían siguiendo, evidenciando así la complejidad y el caos que rodea la situación actual en la región.