
Recientemente, el embajador sudafricano en Estados Unidos, Ebrahim Rasool, fue expulsado de Washington tras ser acusado de albergar sentimientos hostiles hacia el país norteamericano. Esta decisión, tomada por el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, se produjo después de que Rasool criticara la administración Trump durante un seminario web, donde se refirió a su cercanía con el supremacismo blanco.
Ronald Lamola, Ministro de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica, anunció que el nuevo embajador que reemplazará a Rasool será un sudafricano capacitado, sin importar su raza. En una rueda de prensa posterior a la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del ANC, Lamola afirmó: “El ANC es una organización no racial. Buscaremos a un sudafricano capaz, que cumpla con los requisitos para servir como embajador en Estados Unidos o en cualquier otro país al que deseemos desplegarlo.”
La expulsión de Rasool ha generado un debate sobre la conducta de los diplomáticos y la necesidad de que estos representen los intereses de su país por encima de sus opiniones personales. Tony Leon, exembajador sudafricano, criticó la actuación de Rasool, señalando que “expresar opiniones personales es problemático” y que los embajadores deben adherirse estrictamente a la política gubernamental, independientemente de sus creencias personales.
Desafíos en la Diplomacia Sudafricana
Leon también destacó que los problemas en la relación entre Sudáfrica y Estados Unidos van más allá de la conducta individual de un embajador. Según él, la política exterior de Sudáfrica no ha logrado adaptarse a las dinámicas cambiantes de las relaciones internacionales. “Incluso si tuviéramos a un superestrella diplomático, esa persona aún enfrentaría desafíos debido a nuestras políticas actuales. Necesitamos justificar estas políticas para alinearlas con nuestros intereses nacionales,” afirmó.
El exembajador mostró escepticismo sobre la posibilidad de que la diplomacia pueda reparar las relaciones, especialmente tras la acción legal de Sudáfrica contra Israel. “En este momento, Sudáfrica ha elegido una alineación particular que complica nuestras relaciones con EE. UU.,” comentó. En contraste, mencionó el exitoso compromiso diplomático de los líderes laborales sudafricanos con Estados Unidos como un ejemplo de una diplomacia efectiva.
Leon abogó por un enfoque más matizado en la diplomacia, sugiriendo que se eviten tácticas confrontativas. “Existen formas de involucrarse que no recurren a la diplomacia de megáfono. Debemos explorar las causas fundamentales de nuestras diferencias y buscar soluciones,” concluyó.