
Un reciente estudio ha revelado nuevos aspectos sobre el comportamiento migratorio de la pequeña lechuza de Northern Saw-whet (Aegolius acadicus) en el oeste de Montana, Estados Unidos. La investigación, publicada en el Journal of Raptor Research, ha permitido a los científicos rastrear a 89 de estas aves a lo largo de un corredor migratorio, destacando la eficacia de los estudios de telemetría para comprender sus movimientos.
El equipo de investigación se sorprendió al descubrir que las lechuzas presentaron un comportamiento de parada durante su migración, es decir, pausas para descansar y reabastecerse. Además, observaron una notable variación individual en sus direcciones y métodos de viaje. Estos hallazgos desvelan una parte importante de la historia migratoria de la lechuza más pequeña de América del Norte, lo cual podría acelerar la investigación sobre los movimientos de otras especies de búhos.
Desafíos en la Investigación de la Lechuza
Las lechuzas de Northern Saw-whet son aproximadamente del tamaño de una mano humana y suelen ser difíciles de detectar en sus lugares de descanso, ya que prefieren posarse en lugares elevados y pueden confundirse fácilmente con conos de pino. Durante su migración, no dejan excrementos o pellets confiables debajo de sus sitios de descanso, lo que complica aún más su estudio.
“Incluso cuando las lechuzas están bajas en sus posaderos, pueden ser tan crípticas que puedes estar a pocos pies de ellas y aún así no verlas”, afirma la autora principal del estudio, Kate Stone.
Tradicionalmente, la migración de las lechuzas en esta región se ha inferido a partir de datos obtenidos de anillas en las patas. Aunque el recapturar a un búho anillado puede indicar movimiento entre sitios, no proporciona información detallada sobre la ruta, el uso del hábitat o el comportamiento migratorio en tránsito. La tecnología de rastreo ayuda a llenar esos vacíos.
El estudio se llevó a cabo durante los otoños de 2014 y 2015, donde las lechuzas fueron equipadas con transmisores de radio temporales y rastreadas desde un avión, con confirmación en tierra cuando fue posible. De los 89 búhos rastreados, la mayoría mostró un comportamiento migratorio, aunque algunos también exhibieron comportamientos de invernada.
Las distancias recorridas por las aves durante la noche promediaron entre tres y ocho kilómetros, aunque algunas lechuzas viajaron distancias significativas, incluyendo un caso que alcanzó casi 66 kilómetros. No todas las aves viajaron directamente hacia el sur, y más de la mitad de las lechuzas migratorias rastreadas durante varios días hicieron pausas en su camino.
“El comportamiento de parada es realmente difícil de discernir a partir de datos de anillado, por lo que ha estado en gran medida sin explorar hasta ahora”, señala Stone. “Este comportamiento muestra que las lechuzas dependen realmente de las condiciones del terreno para apoyar sus viajes migratorios”.
Colectivamente, los resultados de este estudio revelan la complejidad de los movimientos de las lechuzas de Northern Saw-whet, así como muchas hipótesis emocionantes que quedan por probar en el futuro. Stone espera poder utilizar etiquetas de mayor duración y sistemas de rastreo automatizados para ampliar la comprensión de los movimientos de los búhos.
Desde una perspectiva de conservación, comprender qué características necesitan las lechuzas y las distancias que recorren podría ayudar a tomar decisiones de gestión que apoyen sus poblaciones, especialmente en un contexto de creciente desarrollo humano que impacta los hábitats de las aves migratorias.