
El Reino Unido se enfrenta a una nueva amenaza económica con la inminente imposición de aranceles comerciales por parte de Estados Unidos, que podría reducir el tamaño de su economía en un 1%. Esta estimación proviene de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria del Reino Unido y ha sido reportada por varios medios, incluyendo Reuters.
El anuncio de estas medidas, que el presidente estadounidense Donald Trump ha denominado «Día de la Liberación», se espera para el miércoles. La administración Trump argumenta que busca reducir el déficit comercial de 1,2 billones de dólares mediante el aumento de aranceles sobre productos globales y la contrarrestación de las barreras no arancelarias impuestas por otros países.
Un portavoz del primer ministro británico, Keir Starmer, ha declarado que el gobierno británico se está preparando para todas las eventualidades ante el anuncio esperado de Trump. Se ha indicado que, además de la reducción del tamaño de la economía, es probable que se produzcan aumentos de impuestos en otoño debido a las nuevas restricciones comerciales.
Impacto en las relaciones comerciales
La situación es especialmente delicada, ya que Londres está intentando negociar un acuerdo comercial con Washington que podría eximirlo de futuras rondas de aranceles. Sin embargo, según fuentes citadas por The Guardian, es poco probable que se alcance un acuerdo en los próximos días. Un funcionario británico ha calificado la situación de «impredecible», subrayando la necesidad de planificar para todos los escenarios posibles.
A pesar de la incertidumbre, las conversaciones entre Londres y Washington continuarán. Starmer ha descrito estas negociaciones como «productivas» tras una llamada telefónica con Trump, en la que ambas partes acordaron mantenerse en contacto en los próximos días.
La presión sobre la economía británica se intensifica, especialmente después de que Trump anunciara la intención de imponer un arancel del 25% a las importaciones de automóviles, lo que afectará a fabricantes británicos como Bentley y Aston Martin. Además, un arancel del 25% ya impuesto sobre el acero ha llevado a la única productora de acero virgen del Reino Unido a considerar el cierre de su planta en el país.
En este contexto, el gobierno británico se enfrenta a un desafío considerable para proteger su economía y sus intereses comerciales en un entorno internacional cada vez más hostil.